Tres hermanas que vivían secándose el sudor de las manos, fueron operadas y tiraron la toalla

Roxana, Claudia y Andrea Vaca tenían hiperhidrosis palmar. Las tres se curaron el mismo día y ahora se sienten más seguras que nunca.

NOS CAMBIÓ LA VIDA. Claudia, Roxana y Andrea dejaron la toalla en el quirófano porque se despertaron con las manos secas y calientes. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI "NOS CAMBIÓ LA VIDA". Claudia, Roxana y Andrea dejaron la toalla en el quirófano porque se despertaron con las manos secas y calientes. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI
13 Octubre 2013

Sentían vergüenza cada vez que tenían que darle la mano a alguien, sobre todo a un recién conocido o cuando se presentaban a buscar trabajo. Y si subían a un colectivo lleno, los nervios las traicionaban de antemano: sabían que al viajar paradas en algún momento se tendrían que sostener del pasamanos ubicado en el techo del colectivo y que a los pocos segundos un líquido negruzco les correría desde la mano hacia el codo (por el sudor en contacto con el metal sucio).

"Más de una vez nos bajamos de un ómnibus repleto para evitar que los pasajeros claven la mirada en nuestras manos sudorosas que la secábamos a cada rato con la toalla o los pañuelos de papel que llevábamos...", contó Roxana Vaca, de 28 años, que al igual que sus hermanas mayores Claudia, de 30 y Andrea, de 32 años sufrían de hiperhidrosis esencial primaria, enfermedad que les condicionaba la vida social y de relación.

Hace diez días, según ellas mismas comentaron, les cambió por completo la vida a las tres hermanas Vaca, cuando el especialista en la enfermedad y cirujano, Miguel Ángel Noguera, las operó en el Hospital de Clínicas Nicolás Avellaneda. "Este es el único establecimiento público de Latinoamérica que realiza esta intervención quirúrgica gratis", aclaró el médico.

Roxana, Claudia y Andrea están felices porque tiraron la toalla que acostumbraban llevar a todas partes el mismo día que las operaron. "Salimos del quirófano con las manos secas y calentitas", comentó Claudia.

"Siempre teníamos las manos húmedas y frías. Los bañaba y cambiaba a mis hijos Ian, de un año, y Iara, de 6, y al rato yo les terminaba ensuciando la ropa... La hiperhidrosis es una enfermedad molesta, incómoda y avergüenza a quien la sufre", dijo Roxana.

"Mi hija Paulina, de 9 años, también tiene hiperhidrosis... Sé que sufrirá mucho hasta que la operen...", se lamentó Andrea.

La cirugía para tratar la hiperhidrosis se debe realizar después de la adolescencia, a partir de los 15 o 16 años.

Publicidad
Tamaño texto
Comentarios
Comentarios