La delincuencia no da tregua en Tafí Viejo

La delincuencia no da tregua en Tafí Viejo

11 Octubre 2013
Está en todas partes y aparece en el momento menos pensado. Es sinónimo de frustración, impotencia, desgracia, bronca, miedo, dolor -a veces de muerte- para quien la padece. La inseguridad se ha convertido en un tormento para los tucumanos; sólo una minoría parece estar a salvo de los delincuentes. No es el caso de una comerciante de Tafí Viejo, propietaria de tres drugstores, ubicados cada uno a dos cuadras del otro, que fue asaltada en 17 ocasiones en un año.

La joven mujer no se quedó con los brazos cruzados y tras los primeros robos, instaló en cada negocio cámaras de seguridad, rejas, compró cadenas y los fines de semana que trabaja durante las 24 horas, le paga $300 por día a un policía en cada local para mayor protección. Sin embargo, no pudo impedir que sigan asaltándola: la semana pasada soportó dos robos en tres días. "Tengo una colección de videos, una colección de denuncias y nadie hace nada... Mínimo una vez al mes me asaltan y ahora fueron dos veces en tres días. No doy más. Agradezco que tengo buenos proveedores que me entienden, pero es imposible solventar esto", dijo. Según la policía taficeña, atraparon a dos malhechores e informó que un tercero está prófugo.

Los comerciantes han programado un apagón de protesta por la inseguridad para hoy y recorrerán las principales calles de la ciudad detrás de un camión radial que pondrá al tanto a la comunidad del reclamo. En abril pasado, se realizaron varias marchas, pese a que el intendente se había comprometido a poner más policías en la calle y agilizar el trámite para instalar las cámaras de seguridad. Una ola de asaltos no sólo a locales comerciales sino también a personas de diversas edades en la vía pública había colmado la paciencia de los vecinos. "Somos víctimas de constantes arrebatos a mano armada, en el casco céntrico y en la periferia", "Todos los días escucho que a las mujeres les quitan las carteras o que a los chicos les roban los celulares. Después vamos a la comisaría y nos contestan que no hay móvil", fueron algunos de los reclamos.

Como nunca antes ocurrió, la Policía provincial ha sido dotada de mayor cantidad de efectivos, de vehículos (patrulleros y motos), de teléfonos móviles, de diversas herramientas de trabajo para combatir el delito. Se ha dado de baja a jefes policiales, hubo rotación en las Unidades Regionales, se han instalado cámaras de seguridad en la capital y Yerba Buena y se va a avanzar hacia el Gran San Miguel de Tucumán, se ha habilitado en estos días el servicio 911. No obstante, no parece ser suficiente para combatir con mayor efectividad la delincuencia.

Las autoridades provinciales y policiales deberían preguntarse entonces qué es lo que están haciendo mal. Si una comerciante es asaltada 17 veces, pese a tener cámaras y vigilancia privada, qué protección puede esperar de quienes deben velar por la seguridad de la ciudadanía. Desde hace más de un lustro se habla de que una buena alternativa sería crear una policía comunitaria que trabajara conjuntamente con el vecino y que permitiera diseñar un mapa del delito. Se ha hablado de elaborar una política integral que abarque no sólo la seguridad, sino también la educación, el trabajo, el deporte, y se aplique especialmente en los sectores más castigados por la miseria y la droga. Si no se generan transformaciones de fondo, seguiremos "cambiando para que nada cambie".

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