Sólo con maquillaje se disimula la creciente pérdida de dólares

Sólo con maquillaje se disimula la creciente pérdida de dólares

Sólo con maquillaje se disimula  la creciente pérdida de dólares
06 Octubre 2013

Eduardo Robinson - economista

Se puede enfatizar en las debilidades o en las fortalezas del esquema económico. Sin embargo, lo que es evidente, que no hace falta demostración, sino sólo observación es que la economía acumula problemas. ¿En qué se basa tal afirmación?, en los síntomas que tiene la economía: inflación, incertidumbre, insuficiencia de inversión, escasez de dólares. Éstos, en rigor, no son los problemas de fondo, como podría suponerse, sino solamente los reflejos. Así como la fiebre en el cuerpo humano, no es el problema, sino una mera señal de que algo no anda bien. 

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Tras la aguda crisis de 2001/2, y sus derivaciones posteriores, el Banco Central fortaleció su posición de reservas internacionales. Compraba dólares con pesos que, en elevada proporción, provenían del superávit fiscal. Es decir, pesos genuinos, con respaldo. No emisión monetaria espuria. En efecto, hasta la crisis internacional desatada en 2008/9, el esfuerzo de la autoridad monetaria estaba centrado en no dejar caer el tipo de cambio para evitar un excesivo fortalecimiento del peso y que ello desaliente las exportaciones. Es decir, evitar caer en la pérdida de competitividad cambiaria. Fueron casi cinco años marcados por un proceso de acumulación de reservas. Pero, uno de los problemas de fondo, que tiene que ver con el déficit fiscal, hizo que el Gobierno apelara a pagar deudas en dólares con reservas. Este episodio empezó a comienzos de 2010, con los conocidos tironeos en el Banco Central. A partir de ese momento, en el que el Poder Ejecutivo, declara la dependencia de la autoridad monetaria. Para que no queden dudas de que ello, se decide nombrar como presidente a una persona que propicia el proceso de desmantelamiento de las reservas, y que impulsa una reforma en la Carta Orgánica de la entidad, donde el principal objetivo del Central dejó de ser el de preservar el valor de la moneda, para tener múltiples y difusos fines en su accionar. Este factor es una de las principales causas del deterioro de la credibilidad.

Así tras las modificaciones a la Carta Orgánica del BCRA, enfocadas en asistir ilimitadamente los desbordes en el gasto público, lo que se logró es fortalecer la demanda de dólares. Por ello, a partir de 2011 las reservas empezaron a caer sistemáticamente y terminó el año con una fuga de divisas de U$S 22.000 millones. Ante tamaño desbarajuste, el gobierno al iniciar su tercer período, en lugar de admitir y atacar la inflación, siguió negándola, o en el mejor de los casos, aceptándola sólo en la mitad de la que registra el sector privado.

Ante la evidencia de que el problema de las reservas iba a agravarse, no por el lado de la oferta de dólares, sino por la excesiva demanda, motorizada por el sector privado como escudo protector ante la inflación y turismo, sino también por el propio gobierno que usa las reservas para pagar deuda e importaciones crecientes de energía, optó por instalar el control de cambios, alias el cepo. Al iniciarse 2012, el Gobierno propició la pesificación forzosa. Prohibición para comprar dólares y restricción de importaciones.

Lejos de solucionar el problema de la falta de dólares, el cepo lo agudizó. Desde los U$S 52.000 millones de reservas en julio de 2011, hoy rozan los U$S 35.000 millones. ¿Qué pasó?; ¿es perjudicial para la economía ?; ¿cómo afecta esto a la economía doméstica? La demanda de dólares seguirá elevada en la medida que no haya expectativas de moderación inflacionaria. Este es el problema central. Si se espera que el peso continúe devaluándose en relación al dólar, a menor o mayor ritmo, si hay escasas alternativas de ahorro en el país que le ganen a la inflación, si el Gobierno cada vez demanda más dólares, las reservas no se recuperarán. Esto es lo que se analiza desde el sector privado. Por este camino el gobierno tiene pocas alternativas. ¿Megadevaluación? No, descartada; será echar leña al fuego. ¿Qué hará? Profundizará las restricciones para acceder al dólar. Encarecerá el turismo al exterior, más restricciones para importar y más combativo con las versiones dólar no oficial. Esto afecta a la economía en la medida que no se sabe a qué valor se importará o se exportará o si se podrá efectuar compras de equipamiento o repuestos en el exterior. Además la caída de reservas hace que suba el tipo de cambio de conversión (la cotización teórica del tipo de cambio al efectuar la relación entre el circulante en pesos y la cantidad de divisas que dispone el BCRA).

En los otros países de la región, las reservas suben.

Sin solucionar los problemas de fondo, los síntomas podrán solamente maquillarse.

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