"Creo en el poder de la destrucción como acto creativo"

"Creo en el poder de la destrucción como acto creativo"

Las obras de Espina generaron polémica en Bariloche y en la Bienal de Estambul. La identidad.

TOMÁS ESPINA. Acompañado por Paula Scarso, durante la entrevista. LA GACETA / FOTO DE JORGE FIGUEROA TOMÁS ESPINA. Acompañado por Paula Scarso, durante la entrevista. LA GACETA / FOTO DE JORGE FIGUEROA
25 Septiembre 2013
Sus obras siempre provocan polémica: desde que realizaba pinturas con pólvora, hasta cuando el año pasado, en Bariloche, realizó una obra sobre el monumento a Julio Roca: un puente que se alzaba sobre la propia figura del prócer.

"El arte no está al servicio de conmemoraciones ni es la aprobación de la bondad de ninguna figura, sea Roca o un originario", reflexiona Tomás Espina, cuando recuerda todas las discusiones y reclamos que provocó su trabajo.

El artista estuvo en Tucumán para actuar como jurado (junto a Paula Scarso, Gustavo Nieto, Bruno Juliano y Rosalba Mirabella) en la convocatoria Subte, del Espacio Cripta, para proyectos artísticos de sitio específico, que se inaugurará en noviembre, con un premio de $10.000.

A su última instalación la realizó en la Bienal de Estambul con otro argentino residente en Londres, Martín Cordiano: en un museo construyeron un monoambiente, lo que, de entrada, ponía en tensión la relación entre espacio público y privado. "Era un dominio con todos los objetos propios de un monoambiente, que podían aludir a un habitante tipo inmigrante o algo así, pero no se llega a saber qué pasó. La particularidad es que puntualmente todo había sido destruido y reconstruido a la ligera. Es un modo de operar con la destrucción. Creo fielmente que cuando opera en esos lugares límites, es lo más creativo", sostiene en la entrevista con LA GACETA.

Durante la conversación, Espina llega a la siguiente afirmación: "Creo en el poder de la destrucción como acto creativo".

Cuando se le interroga si privilegia algunas herramientas artísticas por sobre otras, es claro al responder: "no hay medios mejores que otros, aunque soy más amigo de algunos".

Tomás Espina vive y trabaja entre Córdoba y Buenos Aires. Participó en numerosas exposiciones colectivas e individuales; en esta ciudad, una de sus obras se pudo ver en la Cultural Chandon (2005), realizada precisamente con pólvora.

La escena
Se entusiasma con el interrogante sobre el arte argentino: "La escena artística argentina está muy ligada a los fenómenos sociales y políticos; eso me gusta. Esa escena es muy fuerte, porque está sobre cualquier tipo de individualidad. Me molesta cuando se intenta vincularla a una identidad determinada, porque es amorfa, es no identitario, y aquí radica su potencial. En ese camino queda demostrada la imposibilidad de la identidad. Y no es un problema del Gobierno. Pero nos estamos yendo al acabóse de la creatividad. Hay mucho potencial en ser periférico", describe.

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