Los duendes todavía asustan en Taco Ralo

Los duendes todavía asustan en Taco Ralo

La última estación del troncal CC, antes de ingresar a la jurisdicción santiagueña, todavía mantiene su vetusta y maltratada estructura. La población que con los años se conocería como Taco Ralo nació a la vera de las vías del tren. El edificio para viajeros, de estilo inglés, hoy está ocupado por la familia Robles, que no permite que la comuna reacondicione el lugar.

A LA SIESTA. Nada altera el silencio y la quietud de la tarde pueblerina, en la estación Taco Ralo. A LA SIESTA. Nada altera el silencio y la quietud de la tarde pueblerina, en la estación Taco Ralo.

"Después que vino la pujanza del ferrocarril comenzamos a surgir como un pueblo con futuro. Pero antes de 1876 estos lugares eran como olvidados por Dios", describe un antiguo morador de Taco Ralo, en una monografía sobre los orígenes del pueblo del "árbol con poco follaje" (acepción quichua del nombre). El trabajo, elaborado por alumnos del tercer año polimodal de la escuela media de esa comuna de Graneros, también consigna que "la población fue instalándose en las cercanías de las vías del ferrocarril". Por entonces, al lugar se lo conocía como estación Tres Arboles. "Al costado del tendido ferroviario había tres eucaliptos, que se tomaron como referenciales para denominar al lugar", contó Fátima Palina, que elaboró una investigación sobre la escala ferroviaria de paso tacorralense. 

Lo concreto es que la última estación del troncal ferroviario a Retiro del ex Belgrano, en el sur tucumano, se sitúa en un amplio predio. El edificio para viajeros, de estilo inglés, ocupa el centro este del terreno de 300 m de largo por 80 m de ancho. Un poco maltratada pero utilizable se localiza en el sector oeste del casco urbano del pueblo. La playa de maniobras incluye cinco vías: la principal está limpia; la segunda y la tercera son visibles en algunos tramos. Pero la cuarta y la quinta casi no existen.

La parada fue terminada el 31 de agosto de 1876, al habilitarse el tramo Lavalle-San Miguel de Tucumán. Se inauguró oficialmente desde Recreo (Catamarca) al Central Córdoba (San Miguel de Tucumán) el 31 de octubre de 1876. Desde hace una década, la casona está habitada por Rufina Robles, y sus dos hijos. La mujer no quiso atender a LA GACETA. Tampoco permite que la delegación comunal reacondicione la construcción, que algunos vecinos dicen deberá entregar ante la reestatización del Belgrano Cargas.

Al este, al frente de la estación, la calle Libertad corre paralela al camino de hierro. Al oeste, detrás del predio ferroviario, se encuentra la vivienda de la familia Romano Aparicio, donde funcionaba la vieja comisaría de Taco Ralo.

"La playa vivía colmada de leña. Y también existía un corral para ganado. Allí se reunían ejemplares caprinos, equinos y vacunos para ser embarcados o descendidos del cargue ro que las transportaba", contó José Oscar Ortiz Mercado, residente en las inmediaciones.

"También -añadió- había inmensas pilas de leña aguardando en la playa para ser trasladadas a los ingenios".

Al sur de la estación se encuentra el paso nivel que atraviesa el bulevar Este. Y hacia el este la calle Florida se corta en la Libertad.

Orígenes
La historia oral de la población ubicada a la vera de la ruta nacional 157 y a 122 km al sureste de San Miguel de Tucumán, cuenta que al fundarse por primera vez "toma el nombre de Kilómetro 28. Aunque se había levantado a 5 km de su actual emplazamiento. Un paraje que hoy se conoce como El 20".

"Asimismo, otros testimonios, hablan del origen de Taco Ralo con la denominación de Las Brisas y Estancia Los Britos. Pero al respecto no hay mucha información", agregó la señora Palina, que es bisnieta de José Bienvenido Palina, un inmigrante italiano que llegó cuando se construía la línea C del Ferrocarril Central Córdoba, en 1875.

Todavía hay tacorraleños que a la hora de la siesta cuentan que los duendes siguen asustando a los changos traviesos. Y, en las noches estrelladas, suele verse volar alguna bruja despistada.

DESDE EL ANDÉN TACORRALEÑO

- EPICENTRO.- Las actividades pueblerinas transcurrían en lugares aledaños a la estación. "En las tardes los jóvenes se pituqueaban (producían) para ir a pasea por el anden y hacer sociales. Otros sólo iban a ver pasar el tren", describe Silvia Santillán, en una recopilación de su autoría.

- BAILES- También se realizaban concurridos bailes de carnaval en la llamada Ramada de los Palinas, próxima a la parada ferrocarrilera. En esa época jugaban con agua perfumada y papel picado.

- ECONOMIA.- La producción maderera de Taco Ralo y sus alrededores estaba dominada por don Carlos Choza. No sólo compraba sino que también producía leña para vendérsela a los ingenios. Asimismo fabricaba postes y durmientes, que ayudaron a crecer a la economía lugareña. Toda la producción y acopio se realizaba a través del ferrocarril.

- PUEBLO FANTASMA- Al privatizarse el ferrocarril en 1993 Taco Ralo se convirtió en un pueblo fantasma. En realidad las cosas ya se habían complicado desde 1979, al cancelarse el servicios de coche motor a Frías y Córdoba. La maderera de don Choza cerró y la hostería fue privatizada en 1998. Sin fuentes de trabajo, la juventud emigraba en la búsqueda de mejores oportunidades.

- BIBLIOTECA- La biblioteca popular Belgrano cuando se creó el 4 de octubre de 1931 funcionaba en dependencias de la estación Taco Ralo. El 23 de agosto de 1972 fue trasladada a la calle Florida (foto de la izquierda) a casi una cuadra de la parada ferroviaria. En este lugar continúa hoy con Luisa Brito como encargada y doña Marina de Gómez, como directora.

- CERRADO.- El mercado de frutas, verduras y carnes también funcionaba al frente de la estación. La entidad ocupaba una propiedad de la esquina de Libertad y San Juan. El edificio fue construido entre 1945 y 1950. Se habilitó en el año del centenario de San Martín y dejó de operar en 1985.


Publicidad
Comentarios