Giallombardo, una maravilla con y sin auto de carrera

La historia de este reportaje nació la semana anterior a la presentación del TC en Las Termas. Al lanzamiento que se hizo en Santiago del Estero asistieron, entre otros, el campeón vigente, Mauro Giallombardo. Sonrisas por doquier, palabras de elogio al autódromo y una duda; cómo habría de rendir su Ford Falcon, dada la modificación reglamentaria de quitar elementos aerodinámicos. "No sé qué puede pasar, por si acaso no me pongan como candidato", dijo.

LG Deportiva lo abordó al término del encuentro. Y le propuso un desafío: dada la circunstancia, no hablar entonces de la carrera, pero sí sobre qué hay detrás del piloto. "Una vez que pase la carrera de Las Termas, publicamos durante la semana", lanzó el periodista. Mauro, algo sorprendido, sonrió y asintió con simpatía. El domingo hizo una prueba increíble y se convirtió en ganador en el renovado autódromo termense. Y aquí está la nota.

-¿Qué hay detrás de tu figura de súper campeón?

- No hay mucho personaje, soy como soy.

-¿El éxito te cambió la vida?

- Algunas cosas, no todas. La relación con los buenos resultados a tan temprana edad es algo que uno va madurando con el tiempo. Me fui acostumbrando a ciertas presiones y a tener varios campeonatos de automovilismo encima.

- Entonces, sos una persona común y corriente...- Soy un tipo muy transparente, soy como soy, no vendo nada. Creo que soy jocoso y divertido por una cuestión natural. En mi vida cotidiana transito siempre por ese camino. Además, digo lo que pienso y actúo como debo hacerlo.

- ¿Qué te dicen en familia por esto de haber llevado al apellido a ser reconocido por multitudes?

- Es muy impactante para mi familia que haya llevado al apellido a este lugar. No vengo de una familia automovilística, fierrera. La historia en este deporte la estoy empezando a escribir yo. Es muy loco encontrar mi nombre escrito en la lista de los campeones del TC.

- Entonces, ¿cero deportes?

- Deportes sí se practicaron en mi familia, pero ninguno de manera profesional. A mi papá, que es contador público, le gusta la música y en algún momento intentó correr, pero era malo. Y mi mamá es analista de sistemas, así que nada que ver.

- ¿Y por qué empezaste en esto?

- De chico sentí inclinación por los autos. Creo que en mi genética está esta pasión. No tengo otros recuerdos que jugar con autitos, las fotos que tengo en mi casa siempre tienen un auto al lado mío.

- ¿Costó lograr que empecés en el automovilismo?

- Vengo de una familia de clase media, con un poder adquisitivo determinado. Se hizo un esfuerzo muy grande para que pueda correr. Y aunque nunca faltó nada, destaco el sacrificio de mis viejos. Si no hubiera sido por los patrocinadores, no hubiese pasado más allá del karting.

- ¿Tu vida es sólo los motores?

- Estudio Licenciatura en Economía en la UBA, estoy en segundo año. ¿Cómo hago? Como puedo, con malabares. Es complicado. Ser profesional en el deporte lleva a mezclar los tiempos de la dedicación. A veces 24 horas al día son pocas para las cosas que hay que hacer.

- ¿Ser famoso te da ventajas en el estudio?

- Soy un alumno más, no tengo privilegios por correr o por ser un deportista reconocido. Me perdí muchos finales, porque no hubo forma de cambiar las fechas. Para mí eso es bárbaro, perfecto. Mis "profes" y mis compañeros me siguen, me alientan. Pero en las aulas soy uno más. Me va bien, aunque no tanto como quisiera, debido al automovilismo. Mi promedio es de 6,50.

- ¿Sos un caso raro en el ambiente?

- No sé si hay muchos deportistas que estudien. Pero sí sé que en estos días la gente está más instruída. Para obtener cierto trabajo hay que tener cierta capacidad, entonces uno va evolucionando. En lo personal, pasa por un tema propio: no es que mañana vaya a ser licenciado y me dedique a eso para dejar de correr. Es un gusto que quiero darme, el ser profesional.

- Y hoy manejás tus números...

- Sí, los manejo. Me gusta, me divierte. Soy mi propia empresa, en cierto sentido. Pero a esto nunca lo vi desde el lado económico, para mí no es un trabajo. Gano dinero, pero ese no es el fin. Busco resultados, al tiempo que disfruto de lo que hago.