23 Mayo 2013
Investigadores de la Clínica Mayo de Jacksonville, EE.UU desarrollaron un prometedor método para distinguir entre el cáncer de páncreas y la pancreatitis crónica, difíciles de diferenciar. Un marcador molecular obtenido de los "jugos" pancreáticos puede identificar casi todos los casos de cáncer, según muestra el estudio. "Muchos investigadores han estado trabajando en este tipo de prueba diagnóstica. En mi caso han sido 20 años", relata el investigador principal del estudio, doctor Massimo Raimondo. "Pero por primera vez hemos hallado un candidato a marcador molecular muy fuerte", explica.
El cáncer de páncreas y la pancreatitis crónica producen los mismos síntomas en el páncreas, como inflamación por ejemplo-, pero el cáncer pancreático es una patología que amenaza la vida y que, debe ser tratada de inmediato y agresivamente, añade Raimondo.
Los investigadores examinaron las secreciones del páncreas durante una endoscopia digestiva alta de rutina (esofagogastroduodenoscopia). Para hacer el estudio los médicos inyectaron por vía intravenosa la sustancia secretina para engañar al páncreas, indicándole que el estómago contenía alimentos y, por lo tanto, necesitaba de su ayuda para digerirlos. El órgano secretó jugo rico en enzimas que ayudan a descomponer los alimentos junto con células exfoliadas. Los científicos tomaron una muestra del fluido, lo examinaron y descubrieron que el gen modificado CD1D -como marcador único- estaba presente en el 75% de los pacientes que más tarde fueron diagnosticados con cáncer de páncreas, y sólo en el 9% de los pacientes con pancreatitis crónica.
"El gen CD1D es un marcador de la secreción pancreática mucho mejor que otros probados para identificar el cáncer de páncreas. Esto nos motiva a seguir investigando", prometió Raimondo.
El cáncer de páncreas y la pancreatitis crónica producen los mismos síntomas en el páncreas, como inflamación por ejemplo-, pero el cáncer pancreático es una patología que amenaza la vida y que, debe ser tratada de inmediato y agresivamente, añade Raimondo.
Los investigadores examinaron las secreciones del páncreas durante una endoscopia digestiva alta de rutina (esofagogastroduodenoscopia). Para hacer el estudio los médicos inyectaron por vía intravenosa la sustancia secretina para engañar al páncreas, indicándole que el estómago contenía alimentos y, por lo tanto, necesitaba de su ayuda para digerirlos. El órgano secretó jugo rico en enzimas que ayudan a descomponer los alimentos junto con células exfoliadas. Los científicos tomaron una muestra del fluido, lo examinaron y descubrieron que el gen modificado CD1D -como marcador único- estaba presente en el 75% de los pacientes que más tarde fueron diagnosticados con cáncer de páncreas, y sólo en el 9% de los pacientes con pancreatitis crónica.
"El gen CD1D es un marcador de la secreción pancreática mucho mejor que otros probados para identificar el cáncer de páncreas. Esto nos motiva a seguir investigando", prometió Raimondo.
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