Una testigo describió las agresiones que sufrió, secuestrada en la Jefatura

Una testigo describió las agresiones que sufrió, secuestrada en la Jefatura

Nora Montesino declara por teleconferencia, desde Salta.

MEGACAUSA. Hay 41 imputados por delitos de lesa humanidad. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO MEGACAUSA. Hay 41 imputados por delitos de lesa humanidad. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO
19 Abril 2013
Primero, Nora Montesinos sufrió el secuestro de su marido, Raúl Trenchi. Luego, la secuestraron a ella. La fueron a buscar a Salta, donde se había refugiado luego de que se llevaron a Trenchi, en 1975. De allí la trajeron a Tucumán y la arrojaron a los calabozos de la Jefatura de Policía, donde sufrió torturas y todo tipo de agresiones, incluso sexuales.

Hoy declara desde Salta, por video conferencia, en el juicio conocido como Megacausa Jefatura II - Arsenales II, por los crímenes de secuestro, torturas, homicidio agravado, entre otros, cometidos desde 1975, en la Jefatura de Policía y en el Arsenal Miguel de Azcuénaga.

Por videoconferencia, Montesinos relató que sus dos hermanos también estuvieron secuestrados en la Jefatura. Allí, ella vio a -al menos- tres de los imputados, entre ellos a Heriberto "El Tuerto" Albornoz y a su hermano (ahora separado de la causa).

Además, aseguro haber visto detenidos a Juan Carlos Clemente y Juan Martín. El primero presentó, en el juicio de Jefatura I, una serie de listas con nombres de personas detenidas -muchas de las cuales aún están desaparecidas-.

La audiencia continuará al mediodía con la declaración de Oscar Conte, que se inició ayer por la tarde, después de larga espera. El testigo esperó más de nueve horas el viernes pasado y, por planteos reiterados de la defensa (debido a los cuales recibió un llamado de atención) no pudo pasar a dar su declaración. Ayer, volvió a esperar toda la mañana.

Finalmente, después de las 15.30, pudo empezar a dar su versión de lo vivido desde que lo secuestraron, en la casa de Chacabuco al 400, de donde también se llevaron a Rolando Coronel y a su hija, Marta. LA GACETA

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