Así no se jugará más

Así no se jugará más

Los vándalos hacen lo imposible para que los clásicos se disputen con ambas hinchadas.

EL BANDALISMO NO CESA. Los hinchas del santo, enardecidos, prendieron fuego a más de una docena de butacas. LA GACETA/ FOTOS DE JORGE OLMOS SGROSSO. EL BANDALISMO NO CESA. Los hinchas del "santo", enardecidos, prendieron fuego a más de una docena de butacas. LA GACETA/ FOTOS DE JORGE OLMOS SGROSSO.
Desde hace años, el día después de un clásico que se juega con ambas hinchadas suele ser para hacer balances. Pero no deportivo, sino por los desastres que generan los vándalos. Sin embargo, el duelo por la Copa Argentina puede marcar un antes y un después en la historia de los duelos entre Atlético y San Martín. "Realmente no sé si tiene sentido organizar un duelo de estas características con ambas parcialidades. A pesar del esfuerzo de todos para que las cosas salgan bien, siempre hay algún salvaje que se encarga de arruinar todo", explicó un desilusionado Mario Leito, presidente de los "decanos".

Las palabras de Leito no son apresuradas ni de caliente. Aunque no tan drástico como su par, Gustavo Rea, vicepresidente de San Martín, también fijó postura: "lo ideal sería jugarlo en un estadio único que brinde mayor comodidad y seguridad para todos".

El comisario Jorge Díaz, responsable de Seguridad Deportiva, también analiza la situación: "con lo que ocurrió anoche con los simpatizantes no están dadas las condiciones para que se juegue un clásico con ambas parcialidades. El problema es cultural y con la construcción de un estadio único no se solucionará; podrán disminuirse los riesgos y nada más".

Y Leito tiene pruebas para demostrar el accionar de los inadaptados por cómo quedó el Monumental. Según constataron ayer, los plateístas "santos" destruyeron una cantidad no determinada de butacas, arrancaron otras y quemaron al menos 15. El baño de damas del sector 3 y los dos de las populares fueron destruidos -hasta se robaron ocho inodoros-. También resultaron dañadas la cerca olímpica de la calle Bolivia, la verja de la Laprida y los portones por donde ingresó la parcialidad de San Martín.

"Duele que hagan tanto daño y más en el sector de las plateas, ya que ahí se supone que hay gente preparada y con poder adquisitivo", recalcó el titular "decano", que confirmó que aún no evaluaron lo que gastarán para poner la casa en orden y que en principio la empresa Santa Mónica se haría cargo. Sí se hizo un acta notarial para detallar los destrozos.

Pero eso no son los únicos ejemplos que demuestran el accionar de los vándalos. Por ejemplo, simpatizantes "decanos" ataron con alambres botellas de fernet y bombas de estruendo en las torres de iluminación para ingresarlas al estadio de contrabando.

Y ni hablar de las mallas plásticas que se instalaron en los corredores para proteger a los vecinos, ya que fueron colocadas para que los hinchas transitaran por la calle y no por las veredas. En total, según la información oficial, se utilizaron 4.500 metros de ese material. Quedó menos de la mitad, ya que hinchas lo robaron o lo quemaron.

El gobernador José Alperovich movilizó a 1.300 policías para evitar incidentes y no ser noticia a nivel nacional. Pero no pudo cumplir con su objetivo, ya que casi todos los medios del país reflejaron los incidentes que se registraron antes, durante y después del encuentro.

Ayer, en el día de los balances post clásico, el ministro de Seguridad Ciudadana Jorge Gassenbauer calificó al operativo como muy bueno y que creía que no se habían producido daños en las inmediaciones del estadio. En simultáneo, los vecinos de El Monumental no dejaban de contar el terror que vivieron el miércoles por la tarde.

Alperovich volvió a rechazar de plano la posibilidad de que se construya un estadio único, aunque en este caso fue más cauto y no dijo que sería tirar la plata. Leito, titular de los "decanos", también lo desechó, pero no por cuestiones económicas. "Para qué lo harán si los hinchas son capaces de destruirlo en el primer partido que se juegue", disparó. Es el comienzo del debate, que parece no tener fin.

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