"Siempre hay desubicados"

"Siempre hay desubicados"

Gerardo Ardiles, el comisario herido luego del clásico, le restó importancia al incidente

08 Marzo 2013
El clásico tucumano había terminado y los ánimos "santos" estaban caldeados. El resultado negativo, sumado al error arbitral había provocado la ira de los simpatizantes que dejaron el Monumental, envueltos en llamas.

En el operativo estaba establecido que los hinchas de San Martín debían retirarse por un corredor que comprendía las calles Bolivia, Maipú, España y Catamarca. Y así lo hicieron. Un grupo de policías controlaba la zona, tratando de que la evacuación del público transcurriera con normalidad. Pero algo salió mal, y un comisario terminó herido e internado en terapia intensiva de un sanatorio céntrico. Gerardo Ardiles se desplazaba por el corredor establecido, escoltando a la parcialidad de La Ciudadela, cuando una piedra perdida impactó en su cabeza. El comisario quedó tendido en el suelo y, cuando logró reincorporarse, se dio cuenta de que perdía mucha sangre por su herida. De inmediato, fue trasladado hasta un centro asistencial, donde quedó internado por precaución; hasta ayer a la siesta.

Luego de recibir el alta, Ardiles aceptó hablar con LG Deportiva y relatar lo sucedido. "Fue un hecho totalmente aislado. La gente se comportó bien y no había ocurrido nada grave. Este tipo de incidentes son normales en operativos de esta envergadura", explicó el comisario.

Según Ardiles, el operativo estaba saliendo perfecto, según lo previsto. "El público se estaba retirando con total normalidad, pero siempre hay algunos desubicados que arruinan todo". La piedra arrojada por un hincha "santo", que no fue identificado, impactó en su cabeza y le provocó una herida cortante. Parecía algo grave, pero el susto pasó rápido. "Como era un golpe en la cabeza, quedé en observación. Pero me hicieron una tomografía y constataron que no era de gravedad", afirmó el policía que recibió dos puntos de sutura en la herida.

Pero ese no fue el único caso. Hubo otros cuatro efectivos que terminaron hospitalizados por diferentes heridas. "Al rato que entré al sanatorio, llegaron varios policías más. El más complicado fue uno que tenía fracturada la clavícula", aseveró.

Un susto mayor

El comisario quiere que todo pase rápido: "La verdad es que todo fue muy duro. En algunos medios dijeron que yo estaba grave y mi familia se asustó mucho. Por suerte no fue nada importante".

Para Ardiles, es inevitable que haya pequeños disturbios en los operativos donde se moviliza gran cantidad de gente. Pero sobre todo, el hecho ocurrido en el campo de juego fue fundamental para enardecer al público. "La gente estaba muy molesta. Su equipo había perdido, y encima por un error del árbitro. Como no se pueden desquitarse con él, hacen disturbios. Siempre es igual", finalizó.

El susto pasó. Ahora Ardiles sólo piensa en recuperarse lo antes posible, para volver al ruedo.

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