19 Enero 2013
SOLA. Aráoz no logró internar a su hija. LA GACETA (ARCHIVO)
Leyó la nota que salió en LA GACETA sobre dos padres luchando contra la adicción de su hijo y se animó a contar su historia.
Carlos Ezequiel A. vive con su esposa y seis de sus hijos. El séptimo se suicidó en junio, a los 19 años, tras luchar contra su adicción. Pero la tragedia no termina ahí. Otra de sus hijas, de 20 años y con un embarazo de 8 meses, también es adicta, tiene causas con la justicia y no tiene nadie que la pueda ayudar.
"Tengo los informes de la asistente social, los llevé a distintos organismos oficiales para que la internen pero todos me ignoran", cuenta Carlos, desesperado por ayuda. "Ella se lastima, roba, nos amenaza y se pone violenta", describe a su hija, que a veces desaparece hasta por 15 días, sin dejar rastros.
"Además de su vida, está en peligro la del bebé que está por nacer", agrega, para después detallar que su hija "consume de todo". "Me encuentro solo con mi esposa, no sé a quién recurrir", repite, con la esperanza que este grito sí sea escuchado. LA GACETA ©
Carlos Ezequiel A. vive con su esposa y seis de sus hijos. El séptimo se suicidó en junio, a los 19 años, tras luchar contra su adicción. Pero la tragedia no termina ahí. Otra de sus hijas, de 20 años y con un embarazo de 8 meses, también es adicta, tiene causas con la justicia y no tiene nadie que la pueda ayudar.
"Tengo los informes de la asistente social, los llevé a distintos organismos oficiales para que la internen pero todos me ignoran", cuenta Carlos, desesperado por ayuda. "Ella se lastima, roba, nos amenaza y se pone violenta", describe a su hija, que a veces desaparece hasta por 15 días, sin dejar rastros.
"Además de su vida, está en peligro la del bebé que está por nacer", agrega, para después detallar que su hija "consume de todo". "Me encuentro solo con mi esposa, no sé a quién recurrir", repite, con la esperanza que este grito sí sea escuchado. LA GACETA ©
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