Su tesoro más preciado

Su tesoro más preciado

Emmanuel Lucenti vivió uno de los días más felices de su vida.

ABRAZO INTERMINABLE. Lucenti recibió las felicitaciones de su papá Daniel. ABRAZO INTERMINABLE. Lucenti recibió las felicitaciones de su papá Daniel.
11 Diciembre 2012
Estaba impaciente y nervioso cuando esperaba el nombre del ganador. Presentía y deseaba que fuese el suyo. Emmanuel Lucenti fue el protagonista excluyente de la ceremonia de premiación al Mejor Deportista del Año. El yudoca tuvo por fin entre sus manos el tesoro más preciado. Ese que él esperaba ganarlo alguna vez. Así como en otras oportunidades estuvo cerca de lograrlo, esta vez dio el batacazo.

Mientras los conductores de la ceremonia abrían el sobre para anunciar al gran ganador, Lucenti estaba, entre los 35 deportistas premiados que estaban ubicados en el escenario esperando el veredicto final. Luego se escuchó: ¡Y el ganador es... Emmanuel Lucenti! Su figura apareció por el costado de la escena. Tiraba besos al público. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Abría los brazos y miraba al cielo. No lo podía creer. ¡Por fin! Habría dicho en su interior. Y si, ganó por goleada: sumó 26 votos. Merecidísimo. Alberto García Hamilton, presidente del Directorio de LA GACETA SA le hizo entrega de la estatuilla dorada. La besó una y otra vez, como lo hacen los tenistas que ganan el trofeo de un Grand Slam.

Al centro de la vitrina
"Todos saben lo que significa este premio para mi y lo que lo deseaba ganarlo -agregó-. No me queda más que agradecer y dedicarle el premio al pueblo tucumano que el 31 de julio estuvieron vibrando conmigo en Londres. Tengo premios revelaciones, un Olimpia, y muchos premios, pero sin dudas, este es el que más valoro porque puedo compartirlo con mi gente y en mi provincia", destacó el yudoca.

Emocionante

"Haber ganado el premio LA GACETA estando presente es más emocionante porque en las ediciones anteriores me ausenté. Lo valoro mucho más y va para el centro de mi vitrina. Se lo dedico a mis padres, a mis entrenadores y alumnos y a todo los tucumanos".

Fueron sus últimas palabras. Después llegó el abrazo una y otra vez con su padre que también estaba muy emocionado. Sin dudas, Emmanuel ganó, tal vez, el combate más largo de su carrera.

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