Tirando las joyas, cuidando los trastos

Tirando las joyas, cuidando los trastos

Hay hermosas joyas arquitectónicas cuya suerte está echada, como la Casa Sucar-Lucci, de Salta al 500, y otras que están prolijamente protegidas aunque sean trastos urbanos, como el Registro Civil de Villa Luján. La diferencia es que la casa linda es privada y la casa fea del Estado y por lo tanto es muy probable que triunfe el pragmatismo: el dueño de la casa linda, si quiere venderla o derrumbarla, considera que está en su derecho y el Estado no se lo va a impedir, para no pagar un juicio.

Lo cierto es que la casa fea figura en el inventario patrimonial y la casa linda no. Por eso, aunque los defensores del Patrimonio pusieron el grito en el cielo para proteger la linda, los representantes del Estado no quisieron hacerlo. Ahora quedará librada a su suerte. En el fondo subyace la falta de una política sobre la identidad de Tucumán. A empresarios y políticos en general no les interesa. Son pragmáticos. Trabajan para ganar mucho dinero y con eso pagar sus vacaciones yendo a bellos sitios de afuera, en lugar de hacer de este un lugar lindo en el mundo.

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