Recorrer un hospital psiquiátrico nunca ha dejado de ser una experiencia muy fuerte. Cada pasillo nos envuelve con sensaciones de frío extremo. Hay personas que deambulan, como habitantes de un mundo paralelo. Algunos tienen la mirada perdida. Susurran. Sus cabezas parecen péndulos. Otros son como niños, entretenidos con cualquier pasatiempo que se cruce en el camino. Como Marcos, que nos acerca una flor hecha con una botella de plástico. La acaba de pintar de rojo con témperas. Se siente orgulloso. El, al igual que muchos de los otros pacientes del hospital Obarrio, llevan internados allí muchísimos años: dos, tres y hasta más de cuatro décadas. Lo mismo ocurre en el hospital del Carmen. Y lo más grave: la gran mayoría de estos internos ya está en condiciones de ser externado. El problema es que no tienen quién se haga cargo ellos afuera del nosocomio.
Mientras los hospitales psiquiátricos de la provincia enfrentan esta realidad, en los últimos años se les sumó el impresionante incremento en la demanda de consultas de salud mental. En el Obarrio y El Carmen, las atenciones se duplicaron, al punto que hoy están desbordados, según admiten las autoridades de ambos establecimientos.
Por mes, el Obarrio atiende 1.057 consultas (datos actualizados a marzo de este año). Hasta hace poco, tenían la mitad de casos, admitió Gabriel González, director del Obarrio. Si hoy alguien saca un turno para atenderse deberá esperar un mes antes de llegar al consultorio (salvo que sea una emergencia).
En el hospital del Carmen hasta hace dos años 1.760 consultas por mes; ahora esa cifra trepó a 2.700, informó el director, Walter Sigler. "Es cierto que en los últimos años se incrementó muchísimo la cantidad de trastornos mentales y también hay que reconocer que ahora hay más concientización sobre la necesidad de buscar ayuda", señaló Sigler, y coincidió con él, Estela Suárez, subdirectora del Obarrio. Las enfermedades que más crecieron en los últimos años son la depresión y las adicciones, los trastornos de conducta y de personalidad y los intentos de suicidios.
En general, la demanda se duplicó en todos los servicios de salud mental del Siprosa: mientras que en 2005 se registraron 93.000 consultas, en 2011 fueron 180.000. "Se amplió la oferta de atención en la red de atención primaria y se fortalecieron los servicios de salud mental de hospitales de referencia", expresó Marcela Lemaitre, jefa de la División de Salud Mental del Siprosa. La primera causa de consulta en la población infantil fueron los trastornos emocionales y del comportamiento. Entre los jóvenes y adultos aumentaron las consultas por problemas socioeconómicos y psicosociales, seguidas por los trastornos por estrés y ansiedad y los trastornos del Humor, por ejemplo, la depresión.