Un caso especial fue el que relacionó a Guillermo Vilas con Tucumán. Durante su extensa carrera deportiva, el marplatense no tuvo oportunidad de visitar la provincia. Y cuando vino (ya retirado), siempre se presentó una complicación.
En su primera llegada, a mediados de los '90, su plan de tareas se frustró debido a la lluvia.
En marzo de 2008, a instancias de una invitación de la Federación local de tenis, retornó para ofrecer una clínica en el shopping El Portal a pequeños jugadores. Empezó tarde, porque antes del encuentro llovió torrecialmente.
En 2011 volvió para brindar otra clínica, pero en las canchas del country San Pablo. Aquella vez, tuvo que venir en auto desde Buenos Aires, por un paro de empleados de las líneas aéreas.