16 Abril 2012
NADIE ATENDIÓ. Sólo se escuchó ladrar a un perro en la casa del pasaje Díaz Vélez, donde hubo incidentes. LA GACETA / FOTO DE ENRIQUE GALINDEZ
La historia se repite cada fin de semana. Cuando el reloj marca las 4 y los bares y boliches cierran sus puertas, muchos jóvenes se resisten a cortar la fiesta. Y es ahí, en ese momento, cuando entran en escena los codiciados afters, que suelen terminar con la intervención de la Policía.
La madrugada de ayer no fue la excepción. Uniformados de Gendarmería Nacional, la Federal y la Policía de Tucumán, acompañados por inspectores municipales y del IPLA, les pusieron fin a varias fiestas de la Capital y de Monteros.
"Una chica inconsciente"
Tres fueron en total los afters clausurados, pero hubo un caso que se destacó entre todos. Se trata de la fiesta que se llevaba a cabo en una casa del pasaje Díaz Vélez 560, cuando la fuerza interrumpió la actuación de una banda a las 6. El organizador de la parte artística, Andrés Herrera, aseguró a LA GACETA que la Policía irrumpió en el domicilio de manera violenta e ilegal.
"Estábamos tocando cuando entraron 10 policías y comenzaron a golpear a la gente. Les pedí una orden de allanamiento y me apuntaron con una itaca", relató el joven, que además detalló que muchos de los policías estaban de civil. "Había fácil unos 40 policías y unos 10 inspectores del IPLA", precisó.
Según señaló Herrera, los efectivos ingresaron a los gritos, armados, con chalecos antibalas y golpearon a hombres y mujeres. "A una chica que estaba filmando con una cámara la dejaron inconsciente en el piso", contó. Y continuó diciendo que se llevaron a seis personas en una camioneta policial. "En ningún momento les dijeron adónde los trasladaban, los pasearon por toda la ciudad", agregó.
Herrera indicó que, en un momento, un policía puso dos cigarrillos de marihuana sobre una mesa y comenzó a cuestionarlos, a preguntar a quién pertenecían.
"También había muchos policías jóvenes que se quedaron afuera, estaban transpirando de los nervios. Los que nos agredieron fueron los más viejos. Al menos a siete personas les pegaron", aseveró el joven.
"Estaban ebrios"
La versión policial dista mucho de la aportada por Herrera. El responsable del operativo "Ciudad Segura", comisario mayor José Gerardo Ardiles, negó de manera rotunda que alguno de los efectivos haya golpeado a los asistentes de la fiesta y explicó: "siempre hay incidentes en este tipo de operativos; todos estaban ebrios, en esos lugares se consume de todo y se suele encontrar desde gente muy chica hasta personas muy grandes".
El uniformado confirmó que en esa vivienda hubo tres hombres detenidos por "atentado y resistencia a la autoridad". Además, señaló que un empleado policial terminó herido. "Lo golpearon, lo tiraron al piso y se lastimó las rodillas", contó Ardiles. En cuanto al accionar de los efectivos, aseguró que no hubo agresiones de parte de la Policía. "El personal fue con bastones porque son un equipo antidisturbios, pero no le pegaron a nadie", sostuvo.
Las otras fiestas clausuradas fueron la de pasaje Soriano 1296 y la de Chiclana 1338. "En este último domicilio, encontramos un lugar acondicionado para hacer riñas de gallos, que estaba tapado con una lona negra", informó Ardiles. El resultado del operativo fueron tres boliches bailables y tres fiestas clandestinas clausurados, tres aprehendidos, 25 motos y tres autos secuestrados, por infringir la Ley Nacional de Tránsito o por no pasar los controles de alcoholemia.
En cuanto a los aprehendidos, a las 21.30 de ayer fueron liberadas por disposición de la Fiscalía de la V° Nominación.
La madrugada de ayer no fue la excepción. Uniformados de Gendarmería Nacional, la Federal y la Policía de Tucumán, acompañados por inspectores municipales y del IPLA, les pusieron fin a varias fiestas de la Capital y de Monteros.
"Una chica inconsciente"
Tres fueron en total los afters clausurados, pero hubo un caso que se destacó entre todos. Se trata de la fiesta que se llevaba a cabo en una casa del pasaje Díaz Vélez 560, cuando la fuerza interrumpió la actuación de una banda a las 6. El organizador de la parte artística, Andrés Herrera, aseguró a LA GACETA que la Policía irrumpió en el domicilio de manera violenta e ilegal.
"Estábamos tocando cuando entraron 10 policías y comenzaron a golpear a la gente. Les pedí una orden de allanamiento y me apuntaron con una itaca", relató el joven, que además detalló que muchos de los policías estaban de civil. "Había fácil unos 40 policías y unos 10 inspectores del IPLA", precisó.
Según señaló Herrera, los efectivos ingresaron a los gritos, armados, con chalecos antibalas y golpearon a hombres y mujeres. "A una chica que estaba filmando con una cámara la dejaron inconsciente en el piso", contó. Y continuó diciendo que se llevaron a seis personas en una camioneta policial. "En ningún momento les dijeron adónde los trasladaban, los pasearon por toda la ciudad", agregó.
Herrera indicó que, en un momento, un policía puso dos cigarrillos de marihuana sobre una mesa y comenzó a cuestionarlos, a preguntar a quién pertenecían.
"También había muchos policías jóvenes que se quedaron afuera, estaban transpirando de los nervios. Los que nos agredieron fueron los más viejos. Al menos a siete personas les pegaron", aseveró el joven.
"Estaban ebrios"
La versión policial dista mucho de la aportada por Herrera. El responsable del operativo "Ciudad Segura", comisario mayor José Gerardo Ardiles, negó de manera rotunda que alguno de los efectivos haya golpeado a los asistentes de la fiesta y explicó: "siempre hay incidentes en este tipo de operativos; todos estaban ebrios, en esos lugares se consume de todo y se suele encontrar desde gente muy chica hasta personas muy grandes".
El uniformado confirmó que en esa vivienda hubo tres hombres detenidos por "atentado y resistencia a la autoridad". Además, señaló que un empleado policial terminó herido. "Lo golpearon, lo tiraron al piso y se lastimó las rodillas", contó Ardiles. En cuanto al accionar de los efectivos, aseguró que no hubo agresiones de parte de la Policía. "El personal fue con bastones porque son un equipo antidisturbios, pero no le pegaron a nadie", sostuvo.
Las otras fiestas clausuradas fueron la de pasaje Soriano 1296 y la de Chiclana 1338. "En este último domicilio, encontramos un lugar acondicionado para hacer riñas de gallos, que estaba tapado con una lona negra", informó Ardiles. El resultado del operativo fueron tres boliches bailables y tres fiestas clandestinas clausurados, tres aprehendidos, 25 motos y tres autos secuestrados, por infringir la Ley Nacional de Tránsito o por no pasar los controles de alcoholemia.
En cuanto a los aprehendidos, a las 21.30 de ayer fueron liberadas por disposición de la Fiscalía de la V° Nominación.
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