CARTAGENA DE INDIAS.- "No vinimos a esta cumbre para comentar la realidad, vinimos para transformar la realidad", sostuvo ayer el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, en su discurso inaugural de la Cumbre de las Américas en su país.
Las deliberaciones están signadas por las profundas divisiones entre los países latinoamericanos y Estados Unidos, en tres temas clave: la ausencia de Cuba ("sería inaceptable otra cita sin Cuba presente; es hora de superar la parálisis a la que lleva la terquedad ideológica", advirtió Santos); la política antidrogas y la demanda argentina de soberanía sobre las Malvinas.
De este modo, quedaron sobre la mesa los tres temas más delicados del cónclave, que enfrentan a los países latinos con EEUU, Canadá y algunas naciones caribeñas anglófonas, que no quieren confrontar con los intereses del Reino Unido.
Esta situación impide definir la redacción de la Declaración de Cartagena, que se conocería esta tarde. Ninguno de esos asuntos espinosos estaba en la agenda formal del plenario de mandatarios, donde figuraban la integración y cooperación para la prosperidad; la pobreza e inequidad; la seguridad ciudadana; los desastres naturales; el acceso y utilización de la tecnología y la integración física.
El abismo que separa a los dignatarios se evidenció cuando, tras la ceremonia inicial, la primera sesión de debate (tradicionalmente abierta) fue celebrada en privado, a puertas cerradas y con cámaras apagadas.
Momento ideal
No obstante los roces, el Presidente anfitrión llamó sus pares a no permitir que las discrepancias se conviertan en un obstáculo para el estrechamiento de los lazos continentales y pidió especial colaboración con los países más relegados y postrados, como Haití, y en la lucha contra el crimen organizado en América central.
"No existió mejor momento para tender puentes en el hemisferio. Hay que abandonar mitos, superar anacrónicas amarras ideológicas, como que América Latina es una región problema o Estados Unidos una potencia imperialista, y aproximarnos con un nuevo paradigma en el que lo que más importe sean los intereses de la gente. En el mundo multipolar, la cohesión regional es definitiva para tener una interlocución real y hacer valer las aspiraciones y la voz de nuestras gentes", sostuvo Santos.
También reclamó que se reformule la política global contra el narcotráfico: "pese a los inmensos esfuerzos, el negocio de la droga sigue pujante y financia la violencia y el terrorismo". "A veces pedaleamos y pedaleamos y parece que estamos en una bicicleta estática", había dicho antes de su discurso.
De la cita participan 30 de los 34 jefes de Estado invitados: los ausentes son el ecuatoriano Rafael Correa (en solidaridad con Cuba); el nicaragüense Daniel Ortega (por la misma razón, pero no se justificó públicamente); el venezolano Hugo Chávez (por su delicada salud) y el beliceño Dean Barrow.
El canciller venezolano, Nicolás Maduro, en nombre de la Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América (la integran su país, Cuba, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Dominicana, Antigua y Barbuda y San Vicente y Las Granadinas), dijo que el bloque no participará en ninguna otra cumbre si La Habana sigue excluida. (DPA-AFP-Reuters)