Por Mariana Segura
05 Diciembre 2011
Partió el bombazo. Tremendo zapatazo. Al ángulo. O Pidiendo permiso. Perforando la red, o acariciándola (mientras la avalancha de gol en las tribunas siempre fue la misma). Tan diversos como los goles de Boca fueron los protagonistas de los 22 gritos que el equipo consiguió para coronarse en lo más alto del fútbol argentino.
La difícil pero gratificante tarea de "mandarla a guardar" quedó en manos de Lucas Viatri cuando el "Titán" se retiró del fútbol. El nuevo 9 se atornilló al puesto porque supo ganarse la confianza cada vez que Palermo pegaba el faltazo. Si bien Falcioni no ocultó sus ganas de contar con Santiago Silva, el DT no dudó en respaldar a Viatri en el puesto. Y el artillero cumplió, aunque lo hizo en un equipo austero en ataque. Por eso sólo pudo anotar tres veces. En el arranque del torneso se hizo acreedor del título de goleador del grupo. Pero su eficacia comenzó a bajar con el correr de los partidos, hasta que se lesionó. La rotura de ligamentos le hizo postergar la revancha a Viatri, que deberá esperar al menos seis meses para volver a amigarse con la red. Pero la desgracia de uno significó el surgimiento glorioso de otro. Un tal Nicolás Blandi.
El pibe había vuelto a la Ribera luego de su paso por Argentinos y supo ganarse un lugarcito en la consideración de "JC". Blandi explotó contra Colón, al marcar los dos tantos en un partido chivo para el "xeneize". Aquellos logros fueron su pasaje a la titularidad y con otros dos tantos logró arrebatarle la etiqueta a Viatri. Era el nuevo joven goleador del equipo, pero nuevamente una lesión lo hizo quedar afuera de los últimos partidos. Allí apareció Darío Cvitanich. Él había marcado el gol del empate ante San Lorenzo. Luego perdió lugar por las grandes actuaciones de Pablo Mouche. Sin embargo, el ex Ajax tuvo su revancha y terminó siendo uno de los grandes responsables del festejo "xeneize". Con los dos goles de ayer, "Cvita" comparte el honor de ser el goleador del campeón. Y al final recibió el premio más deseado: el beso de su novia "Chechu" Bonelli, notera de Fox Sports.
La difícil pero gratificante tarea de "mandarla a guardar" quedó en manos de Lucas Viatri cuando el "Titán" se retiró del fútbol. El nuevo 9 se atornilló al puesto porque supo ganarse la confianza cada vez que Palermo pegaba el faltazo. Si bien Falcioni no ocultó sus ganas de contar con Santiago Silva, el DT no dudó en respaldar a Viatri en el puesto. Y el artillero cumplió, aunque lo hizo en un equipo austero en ataque. Por eso sólo pudo anotar tres veces. En el arranque del torneso se hizo acreedor del título de goleador del grupo. Pero su eficacia comenzó a bajar con el correr de los partidos, hasta que se lesionó. La rotura de ligamentos le hizo postergar la revancha a Viatri, que deberá esperar al menos seis meses para volver a amigarse con la red. Pero la desgracia de uno significó el surgimiento glorioso de otro. Un tal Nicolás Blandi.
El pibe había vuelto a la Ribera luego de su paso por Argentinos y supo ganarse un lugarcito en la consideración de "JC". Blandi explotó contra Colón, al marcar los dos tantos en un partido chivo para el "xeneize". Aquellos logros fueron su pasaje a la titularidad y con otros dos tantos logró arrebatarle la etiqueta a Viatri. Era el nuevo joven goleador del equipo, pero nuevamente una lesión lo hizo quedar afuera de los últimos partidos. Allí apareció Darío Cvitanich. Él había marcado el gol del empate ante San Lorenzo. Luego perdió lugar por las grandes actuaciones de Pablo Mouche. Sin embargo, el ex Ajax tuvo su revancha y terminó siendo uno de los grandes responsables del festejo "xeneize". Con los dos goles de ayer, "Cvita" comparte el honor de ser el goleador del campeón. Y al final recibió el premio más deseado: el beso de su novia "Chechu" Bonelli, notera de Fox Sports.
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