05 Noviembre 2011
El 99% de los heridos por robos que atienden los traumatólogos fueron víctimas de arrebatadores. Sufren desde traumatismos encéfalo craneanos (TEC) hasta contusiones en las piernas y brazos. Y, en varias ocasiones, sus vidas corren peligro.
El traumatólogo Héctor Piedrabuena describió una situación que motiva frecuentemente la asistencia a víctimas de robos: "dos motoarrebatadores sorprenden a una persona intentando derribarla para robarle la cartera. La mujer, instintivamente, retiene su bolso. Las primeras lesiones aparecen en la región cervical y del hombro".
"Si los delincuentes no logran su cometido, le dan un golpe en la cabeza a la víctima. La historia sigue con una trompada en el tórax. Una vez que el herido está en el suelo, le patean la región del abdomen y huyen con la cartera", explicó.
Según Piedrabuena, este episodio ocurre en cuestión de segundos, pero deja gravísimas secuelas en las víctimas, que en la gran mayoría de los casos (9 de cada 10) son mujeres.
"Los ladrones van a hacer hasta lo imposible por conseguir lo que quieren. Por eso siempre recomiendo no resistirse. La víctima lleva las de perder. Es común que termine en el suelo con contusiones y escoriaciones", resaltó. Añadió que otra situación frecuente para los traumatólogos es atender a choferes de taxis y colectivos que han sufrido TEC o heridas cortantes como consecuencia de haber recibido un culatazo en la cabeza.
Lo que más le sorprende a Piedrabuena es la frecuencia con la que aparecen los politraumatismos relacionados a hechos de inseguridad. "Los accidentes de tránsito siguen estando en el top ten de las consultas. Sin embargo, los sucesos violentos por robos y asaltos no están tan lejos en el ranking de las asistencias. En este tipo de episodios, además de las fracturas encontramos un importante daño psicológico en las víctimas", precisó.
El traumatólogo Héctor Piedrabuena describió una situación que motiva frecuentemente la asistencia a víctimas de robos: "dos motoarrebatadores sorprenden a una persona intentando derribarla para robarle la cartera. La mujer, instintivamente, retiene su bolso. Las primeras lesiones aparecen en la región cervical y del hombro".
"Si los delincuentes no logran su cometido, le dan un golpe en la cabeza a la víctima. La historia sigue con una trompada en el tórax. Una vez que el herido está en el suelo, le patean la región del abdomen y huyen con la cartera", explicó.
Según Piedrabuena, este episodio ocurre en cuestión de segundos, pero deja gravísimas secuelas en las víctimas, que en la gran mayoría de los casos (9 de cada 10) son mujeres.
"Los ladrones van a hacer hasta lo imposible por conseguir lo que quieren. Por eso siempre recomiendo no resistirse. La víctima lleva las de perder. Es común que termine en el suelo con contusiones y escoriaciones", resaltó. Añadió que otra situación frecuente para los traumatólogos es atender a choferes de taxis y colectivos que han sufrido TEC o heridas cortantes como consecuencia de haber recibido un culatazo en la cabeza.
Lo que más le sorprende a Piedrabuena es la frecuencia con la que aparecen los politraumatismos relacionados a hechos de inseguridad. "Los accidentes de tránsito siguen estando en el top ten de las consultas. Sin embargo, los sucesos violentos por robos y asaltos no están tan lejos en el ranking de las asistencias. En este tipo de episodios, además de las fracturas encontramos un importante daño psicológico en las víctimas", precisó.
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