Músicos que dejaban el alma

Músicos que dejaban el alma

23 Octubre 2011
Enero de 1977. Ni mejor ni peor, sólo otro tiempo. Sin canas y sin anteojos, entre otras cosas. Un tiempo que se vivía con la avidez de quien descubre la magia del cine europeo y la música que llegaba de la mano de un grupo de jóvenes talentosos. Y confieso que (de ese día) no me acuerdo del entorno, mas sí de la música. Basta cerrar los ojos y tararear "Cómo mata el viento norte", mi predilecta, para que todo fluya. La máquina de hacer pájaros fue, según mi criterio, una formación alucinante que guiaba Charly García. Que, como todo lo bueno, duró poco. Pero fue muy intenso porque "La Máquina" sonaba como ninguna otra banda sonó en esa época: eran músicos que dejaban el alma.

Con los años me enteré, a través de una nota que descubrí en la web, que "La Máquina" fue el intento más complejo y profundo de rock sinfónico en la Argentina. Charly García introdujo la novedad de dos tecladistas simultáneos. Quizás este nuevo estilo -afirmaba quien había escrito la nota-, fue la mayor barrera entre el grupo y el público, habituado a Sui Generis.

La máquina de hacer pájaros se disolvió por problemas entre los músicos en 1977, pero me dejó grabadas las estrofas de "Cómo mata el viento Norte", cosa que agradezco a Charly y a quienes integraron esa histórica y no bien valorada formación del rock nacional:

"Cómo mata el viento Norte cuando agosto está en el día

y el espacio nuestros cuerpos ilumina.

Un mendigo muestra joyas a los ciegos en la esquina,

y un cachorro del señor nos alucina.

Háblame sólo de nubes y sol, no quiero saber nada

con la miseria del mundo hoy".

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