¡Que los cumpla feliz!

¡Que los cumpla feliz!

Gabriel Fulgado | Productor de espectáculos

23 Octubre 2011
Uno piensa en Charly y se disparan vertiginosamente recuerdos, anécdotas, emociones, títulos de una historia intensa y cercana. Charly, el genio del oído absoluto, aquel niño prodigio que a los 7 años se atrevió a improvisar sobre Chopin en su examen final del conservatorio de música. El protagonista central de la mejor música argentina de los últimos 40 años.

El artista que en nuestra adolescencia y desde Sui Generis, nos enseñó como generación que hacer el amor no era malo, disparando irónicamente sobre todo lo instituido, impuesto o heredado. El compositor que en "Los dinosaurios" describió con un vuelo poético inalcanzable para los censores de turno todo el horror de la dictadura. El mismo que en "Alicia en el País" sintetizó como nadie décadas de indefiniciones, errores y búsquedas de nosotros mismos como Nación. El ser humano sensible y frágil, al que vimos muchas veces patinar sobre el hielo quebradizo de la vida moderna.

El Charly que descubrimos en Tucumán cuando llegó por primera vez en aquella Semana del Instituto Técnico. El que con La maquina de hacer pájaros prácticamente inauguró la era de los conciertos masivos en el Palacio de los Deportes en aquel enero de 1977.

El bufón que ya en democracia y en el mismo lugar, disparó los fuegos artificiales y bengalas contra el alambrado que transformaba su escenario en una jaula con policías y perros adentro. Charly... "Charlytos", nuestro alucinado Gardel de fin de siglo, cumple años. Todos necesitamos que los cumpla feliz. Por eso, desde estos recuerdos, disparo mi agradecimiento por haber puesto música a muchos de los mejores momentos de mi vida. Y mi deseo ferviente: que su vida íntima transcurra en espacios serenos, poblados de manos amigas y miradas sinceras. Que su arte nos siga lanzando hacia el mañana como lo hizo desde ayer y para siempre.

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