18 Octubre 2011
"TUVE SUERTE". En Brasil le diagnosticaron a Norma cáncer de mama. LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO
Hace cuatro años, Norma Sadir se fue a Brasil para quedarse a pasear un tiempo en casa de sus sobrinos radicados en el país vecino. Antes de partir se había hecho un chequeo médico general en Tucumán, pero había quedado con deseos de someterse a otros exámenes complementarios y más exhaustivos. "Mi sobrina me recomendó excelentes médicos de su entera confianza. En forma circunstancial -yo no lo sospechaba- me diagnosticaron cáncer de mama y a los pocos días me extirparon la mitad del pecho derecho, hice quimioterapia y me aplicaron rayos...", narró Norma a LA GACETA, que hoy integra la asociación civil "Ascenso por la Vida".
-¿No le causó estupor el diagnóstico y el hecho de que el médico dispusiera de inmediato la cirugía y la terapia oncológica?
- No me asusté ni me shockeó. Recibí el diagnóstico con mucha serenidad. Tenía entonces 67 años y, como soy soltera y sin hijos, enfrenté la enfermedad sola y con la misma fortaleza que me caracterizó... Recuerdo que ese día era viernes. Le pedí a mi cuñada que no les cuente nada a mis sobrinos porque quería que pasen un fin de semana feliz. El domingo mi cuñada y yo decidimos contarles. También les adelanté que era necesario operarme. Todos lloraban y yo los consolaba. Tenía una tranquilidad increíble y con este mismo estado anímico ingresé a la cirugía. Una de mis sobrinas, que es psicóloga, quería que me atendiera una de sus colegas, pero sentí que no la necesitaba...
-¿Qué hizo al volver a Tucumán?
- Reanudé mis actividades diarias y mi vida social con una actitud de vida muy positiva, la que tuve siempre. Soy dicharachera, alegre, amiguera y muy entusiasta -como casi todas las geminianas- y por suerte encontré un lugar excelente en el grupo "Ascenso por la Vida", junto a mujeres que compartimos idénticas condiciones de salud.
- ¿Cómo se siente ahora...?
- Me siento muy bien y llevo una vida feliz. Estoy en manos del oncólogo Luis Medina y del mastólogo y ginecólogo Raúl Audi (que me extirpó el útero y los ovarios como medida preventiva. También recibo tratamiento con tamoxifeno (llevo cuatro años y me falta uno) y me realizo controles periódicos. Al principio fueron cada tres meses y ahora cada seis.
-¿No le causó estupor el diagnóstico y el hecho de que el médico dispusiera de inmediato la cirugía y la terapia oncológica?
- No me asusté ni me shockeó. Recibí el diagnóstico con mucha serenidad. Tenía entonces 67 años y, como soy soltera y sin hijos, enfrenté la enfermedad sola y con la misma fortaleza que me caracterizó... Recuerdo que ese día era viernes. Le pedí a mi cuñada que no les cuente nada a mis sobrinos porque quería que pasen un fin de semana feliz. El domingo mi cuñada y yo decidimos contarles. También les adelanté que era necesario operarme. Todos lloraban y yo los consolaba. Tenía una tranquilidad increíble y con este mismo estado anímico ingresé a la cirugía. Una de mis sobrinas, que es psicóloga, quería que me atendiera una de sus colegas, pero sentí que no la necesitaba...
-¿Qué hizo al volver a Tucumán?
- Reanudé mis actividades diarias y mi vida social con una actitud de vida muy positiva, la que tuve siempre. Soy dicharachera, alegre, amiguera y muy entusiasta -como casi todas las geminianas- y por suerte encontré un lugar excelente en el grupo "Ascenso por la Vida", junto a mujeres que compartimos idénticas condiciones de salud.
- ¿Cómo se siente ahora...?
- Me siento muy bien y llevo una vida feliz. Estoy en manos del oncólogo Luis Medina y del mastólogo y ginecólogo Raúl Audi (que me extirpó el útero y los ovarios como medida preventiva. También recibo tratamiento con tamoxifeno (llevo cuatro años y me falta uno) y me realizo controles periódicos. Al principio fueron cada tres meses y ahora cada seis.
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