"A veces, las peticiones de los abogados son tan ridículas. Veinte veces les dicen que no a sus planteos, y ellos los siguen presentando en todas las instancias. Si oralizamos la mayor parte del proceso, tendrían que hacer esos planteos cara a cara con el juez, y no se animarían", dijo el procesalista Alberto Binder, al justificar la necesidad de instaurar las audiencias durante la investigación de un delito.
"La realidad es que los abogados defensores tenemos plazos para hacer las presentaciones, que son perentorios. En cambio la Justicia no. Fiscales y jueces, a veces, demoran meses en resolver un planteo. Es cierto que en ocasiones tienen muchas causas para atender, pero no somos los abogados los responsables de la mora judicial, en ese sentido", defendió la letrada Carolina Epelbaum.
De todas maneras, los abogados coinciden en que una mayor oralidad en el proceso traerá más beneficios que inconvenientes. "A veces trabajamos con muchas causas, y por una cuestión funcional encontramos beneficios con el proceso escrito, porque podemos presentarlos en cualquier día, dentro del plazo estipulado por la ley. En cambio, si tenemos una audiencia, sí o sí tenemos que estar ese día. Aún así, es mejor que existan las audiencias, estudiando claramente cómo se implementarían", manifestó Epelbaum.
Binder afirmó, además, que los abogados tienen miedo de enfrentar juicios orales y prefieren evitarlos. "No tienen dónde aprender a ser abogados de litigio, y un juicio oral ocurre cada tanto, por lo que el ejercicio que significa la oralidad no se adquiere en la práctica como se debería", manifestó el especialista.
"La oralidad tornaría más rápidas las causas en todos los ámbitos, no sólo en el penal. En un proceso oral todo se ve, todo se toca, y las pruebas están sobre la mesa. Pero debe haber una preparación especial. En Tucumán no hay más de 10 abogados que puedan desenvolverse en los juicios orales, y las universidades no preparan para ello", dijo el abogado penalista Mario Mirra.
El letrado rechazó la definición de Binder de que los abogados tienen miedo a los procesos orales. "Lo desconocen, que es distinto. Pero hay que avanzar hacia una oralidad completa, con una audiencia previa a la denuncia entre las partes. De esa manera, aceleraríamos los procesos", dijo.