Una ciudad blindada, con ciudadanos obedientes

Una ciudad blindada, con ciudadanos obedientes

El ritmo de la gran metrópoli cosmopolita de los Estados Unidos trata de ser mantenido por sus habitantes y sus visitantes, aun en los días de recordación de las víctimas y cuando están atravesados por medidas de seguridad profundizadas. Una canción donde se menciona la muerte de Bin Laden causa euforia entre los jóvenes. Los atentados que siguieron a las Torres Gemelas.

CONSIGNA. Never forget (nunca olvides) es la frase central del mural con los nombres de las víctimas de los ataques de 2001, que se inaugurará hoy. REUTERS CONSIGNA. "Never forget" (nunca olvides) es la frase central del mural con los nombres de las víctimas de los ataques de 2001, que se inaugurará hoy. REUTERS
Despliegue policial en helicópteros, automóviles y a pie; calles cortadas; guardias costeras; vigilancia adicional en subterráneos; puntos de control en puentes y carreteras, y un bombardeo de mensajes públicos del estilo "avise inmediatamente si ve algo raro". Esta parafernalia (no taxativa) de acciones componen la estrategia de seguridad puesta en marcha para blindar a Nueva York contra potenciales atentados destinados a arruinar la conmemoración del décimo aniversario de los ataques del 11 de septiembre.

El epicentro de aquel montaje antiterrorista es Ground Zero. La zona que hace 10 años perdió a las Torres Gemelas (y donde murieron más de 2.700 personas) ha sido transformada en una especie de fortín: allí, a partir de las 5 de la mañana (las 6 de Argentina), comenzarán a llegar los invitados especiales a la apertura del 9/11 Memorial, acto central de la jornada.

Las 24 horas previas al Día D han transcurrido en un clima de aparente tranquilidad. Quizá el sobresalto de mayor relevancia haya sido el breve "secuestro" de la cuenta de Twitter de la cadena NBC: desde esa plataforma digital, hackers identificados con el alias script kiddies distribuyeron la falsa noticia de un ataque al World Trade Center. Sin embargo, la veloz reacción de la NBC permitió neutralizar eficazmente el sabotaje informático.

Alivio de domingo
La movilización de agentes ha perturbado, sobre todo, a los turistas y a los curiosos que ayer intentaban pasear por el sur de Manhattan. Por fortuna para las autoridades gubernamentales, esa agitada zona de la ciudad (sede mundial de la actividad financiera) queda relativamente vacía durante los fines de semana.

La coincidencia del aniversario del 11-S con el domingo no es un alivio menor para un operativo que, además de proteger Ground Zero (el presidente, Barack Obama, y el ex mandatario, George W. Bush, tienen previsto visitar la zona hoy), debe vigilar otros acontecimientos con sede en Nueva York, como la final de tenis del Abierto de Estados Unidos en el distrito de Queens y un partido de béisbol de los Mets. Además, claro está, de garantizar la seguridad en los innumerables actos preparados con motivo del aniversario y de reforzar la existente en sitios considerados "sensibles", como museos, edificios públicos, mezquitas y sinagogas.

Hasta que la lluvia quiso
"El desafío es mayúsculo, pero el Gobierno viene preparándose para esto desde hace diez años", repiten -con matices- los medios de comunicación estadounidenses. Y Nueva York no opone (gran) resistencia, a juzgar por la docilidad con que la gente acepta las restricciones al tránsito, y las indicaciones y frecuentes interrogatorios de los policías.

"Sufrimos más incomodidades que las de costumbre, pero nada que no sepamos desde hace tiempo. Además, la prioridad es que este domingo no haya incidentes. Prepárese para el máximo espectáculo de seguridad jamás visto", previene Brian Martínez, inmigrante venezolano y conductor de taxi.

La programación y difusión detallada de los cortes de calles y puntos de control adicionales ha facilitado las cosas a los manhattanitas, que han buscado paz y esparcimiento en otras zonas de la ciudad, como Brooklyn y Staten Island. Central Park, el espacio verde más grande y popular de Nueva York, fue una excelente alternativa hasta el mediodía, cuando la inoportuna lluvia obligó a buscar un prosaico refugio bajo techo.

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