"Actualmente hay mucha más difusión y preocupación por los riesgos que genera la industria nuclear que por los riesgos de las aplicaciones médicas de la radiación. Es importante que la población, médicos y trabajadores de la salud conozcan estos riesgos para tomar recaudos". El concepto pertenece a Rodolfo Touzet, experto en protección radiológica y miembro de la Comisión Intersectorial para el Estudio de los Efectos de las Radiaciones No Ionizantes (Ciperni).
Touzet charló con LA GACETA tras difundir las últimas recomendaciones de la Comisión Internacional de Protección Radiológica (ICRP, pos sus siglas en el inglés), en el XI Congreso Internacional de Diagnóstico por Imágenes que finalizó en Tucumán.
-¿Cuál es su opinión acerca del efecto que produce la radiación de los celulares en la salud?
- Hay dos tipos de efecto en la exposición a un campo electromagnético. El efecto agudo: la exposición a un campo magnético puede generar más temperatura en el organismo, puede tener episodios serios no ionizantes. Se establecen valores para que ese efecto corto, agudo, no se produzca; para que el aumento de temperatura sea tan bajo que el organismo lo pueda manejar. En cambio hay un segundo tipo de efecto a largo plazo...
-Aquí estaríamos hablando del proceso de la cancerogénesis...
- Sí. El proceso de cancerogénesis tiene tres etapas. El período de latencia puede durar de 15 a 25 años para el desarrollo de tumores sólidos y menos tiempo para los tumores líquidos ¿Por qué digo esto? Porque uno no puede conocer los efectos del uso del celular en forma inmediata. Hay que esperar...
-Ya se hicieron estudios...
- Se hicieron estudios in vitro, se estudió y se observó que la radiación de los celulares tiene efectos blastogénicos, es decir que hay roturas del ADN, afecta el mensaje genético. Esto ocurre en las células. Pero puede ocurrir que el organismo se defienda de ellas, tiene sistemas para superarlo. Entonces fue necesario un estudio epidemiológico.
- ¿Cómo se trabajó y cuál fue el resultado?
- El estudio Interfono se inició hace 12 años y participaron 13 institutos de todo el mundo. Se tomaron 4.000 personas que habían padecido o no tumores cerebrales -generalmente glioma, que es un tumor maligno y meningioma, que es benigno-. Se observó que a los tres años de exposición no pasaba nada, a los siete y a los 10, tampoco. Las diferencias aparecieron en el grupo que estuvo más tiempo expuesto a la radiación de celulares. Los investigadores discutieron mucho por la asociación del uso de teléfono con la aparición de tumores de cabeza y cuello. Pero asociación no es sinónimo de causalidad.
Hable poco y lo preciso
Telefonee lo menos posible y hable poco tiempo, salvo casos de extrema necesidad.
Evite que lo usen menores de 16 años.
Lleve el celular al oído cuando empiece a llamar.
Procure no usarlo dentro de vehículos porque aumenta el nivel de radiación.
Aléjelo mientras escribe un SMS.
Llévelo encendido en un maletín o cartera.
Apáguelo si lo lleva en el bolsillo o ponga el teclado hacia el cuerpo.
Apague el celular durante la noche y déjelo en un lugar alejado de la cama.
Eluda usarlo para jugar o escuchar música.
Las cifras que preocupan
"Según el estudio Interfono el glioma (tumor maligno) apareció un 40% más y el meningioma (benigno) un 16% más entre los que usaban celular en comparación con los que no lo hacían", apunto el experto internacional Rodolfo Touzet