El microcentro es una vidriera de piratería a cielo abierto

04 Junio 2011
"Aparentemente, desde que está la ministra (Nilda) Garré y se cambiaron algunos comisarios, en la ciudad de Buenos Aires hay menos venta callejera de material pirata, y hay más respuesta de público en los videoclubes", destaca el titular de la Cámara Argentina de Videoclubes, Marcos Rago. De todos modos, reconoce que la situación en Tucumán es complicada, dado el descontrol que se observa en la venta de material pirata.

En Tucumán, los propietarios de videoclubes acusan a las autoridades municipales y provinciales por la ostentosa permisividad para con los piratas. El secretario de Vía Pública de la Municipalidad de Tucumán, Carlos Soto, se defiende: "es un delito federal; nosotros levantamos esas cargas pero en calidad de bultos. Y lo hacemos en colaboración con fuerzas provinciales y federales", se ataja.

En la peatonal Mendoza, un "puestero" afirma: "me han llevado hasta la consola. Y he gastado $ 5.000 para reponer lo que se habían llevado. ¿De qué quieren que viva? ¿De robarle a gente como usted?"

En la peatonal Muñecas, otro vendedor de truchos comenta que la Policía suele llevarse el material. ¿Y qué hace? "El dueño lo repone", afirma el vendedor, ratificando que detrás de cada "cuentapropista" hay un capitalista que evade impuestos.

Si en Tucumán el mayor enemigo de los videoclubes es la venta de material pirata, en Buenos Aires la mayor amenaza para la actividad ya es internet. "Se nota que internet no tiene límites. Como es algo muy nuevo, lo que hace la Cámara es apoyar a los socios y tratar de profundizar en las alternativas legales. Esta semana los han procesado a los dueños de Taringa (sitio web en el que los usuarios comparten información). Y aunque no somos nosotros lo que hemos iniciado la causa, eso es para nosotros una buena noticia", afirma Rago, en diálogo telefónico con LA GACETA.

En Tucumán, los propietarios de videoclubes acusan a las autoridades municipales y provinciales por la ostentosa permisividad para con los piratas. El secretario de Vía Pública de la Municipalidad de Tucumán, Carlos Soto, se defiende: "es un delito federal; nosotros levantamos esas cargas pero en calidad de bultos. Y lo hacemos en colaboración con fuerzas provinciales y federales", se ataja.

En la peatonal Mendoza, un "puestero" afirma: "me han llevado hasta la consola. Y he gastado $ 5.000 para reponer lo que se habían llevado. ¿De qué quieren que viva? ¿De robarle a gente como usted?"

En la peatonal Muñecas, otro vendedor de truchos comenta que la Policía suele llevarse el material. ¿Y qué hace? "El dueño lo repone", afirma el vendedor, ratificando que detrás de cada "cuentapropista" hay un capitalista que evade impuestos.

Si en Tucumán el mayor enemigo de los videoclubes es la venta de material pirata, en Buenos Aires la mayor amenaza para la actividad ya es internet. "Se nota que internet no tiene límites. Como es algo muy nuevo, lo que hace la Cámara es apoyar a los socios y tratar de profundizar en las alternativas legales. Esta semana los han procesado a los dueños de Taringa (sitio web en el que los usuarios comparten información). Y aunque no somos nosotros lo que hemos iniciado la causa, eso es para nosotros una buena noticia", afirma Rago, en diálogo telefónico con LA GACETA.

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