"En cada hogar, un tablero para jugar"

"En cada hogar, un tablero para jugar"

La propuesta para una forma de vida popular y los obstáculos a sortear para concretarla. Por Mariana Segura, Redacción LA GACETA. [email protected]

23 Enero 2011
Un Messi domador de caballos, un Federer capitalizador de alfiles y, porqué no, un príncipe Al-Attiyah imponente con la reina. Ese es el sueño los dirigentes de los principales clubes de ajedrez de la provincia. Pero más que encontrar a los jugadores estrella, la idea es expandir el deporte para llegar algún día a ubicarlo a la par de las disciplinas más populares. En este caso la fama sería lo que le faltaría a un juego que combina arte, ciencia y conocimiento.

"Es la primera vez que nos agrupamos y lo que queremos es desarrollar lo que llamamos ajedrez social, basado en su práctica tanto en barrios, plazas y colegios", comenta Renato Felice, de la Sociedad Sirio Libanesa. El también árbitro nacional contó la intensa actividad que se desarrolla con el único fin de agrandar el ámbito ajedrecista en la provincia, (ver ajedrez escolar). "Monteros, Acheral, Alberdi, Simoca, Yerba Buena, Tafí Viejo y Famaillá son algunas de las ciudades propulsoras de nuestra idea", comentó Felice.

El presidente de la misma institución, Daniel Asfoura, dijo que desde su entidad se creó una subcomisión de ajedrez, también con el fin de ayudarse mutuamente con otros clubes, para propagar la idea que día a día se sumen adeptos de todas las edades. "Hay que hacer de esto una forma de vida. Hay que lograr que en cada uno de los hogares de la provincia haya, por lo menos, un tablero para jugar a esto que es un deporte sano", alegó Asfoura. Luego dio como ejemplo al ajedrez internacional.

Un deseo a flor de piel

Con una emotividad contagiosa y el anhelo de expandir por cada rincón de la provincia la pasión que lleva en la sangre, el presidente del club Monterizo "Las Dos Torres", Ignacio Agustín Robles, habló de sus ganas de hacer notar, especialmente a los niños, el gran desafío que implica mover cada peón o hacer avanzar a las torres. De esta forma opinó que son importantes los beneficios de jugar al ajedrez, que a la vez sirven para evitar los grandes males de la sociedad que hoy en día aquejan a jóvenes de todas partes. "Esto ayuda a la toma de decisiones, lo dicen los estudiosos. Vemos que sirve para inculcar, principalmente en los niños, valores como la cordialidad y el respeto mutuo. Así se va formando la personalidad de ellos", concluye. Enzo Guzmán, dirigente de la misma sociedad contó: "la idea es motivar a los chicos para que no se pierdan en los vicios más comunes. En el caso de nuestro club, nos pasó que los que llegaban a jugar, al principio tenían vergüenza porque los que no iban se les reían, pero después esos mismos se fueron sumando. La contención social que se puede brindar con esto es muy importante para los chicos y sus familias". En su caso, el esfuerzo para que todos tengan un tablero para jugar es doble, ya que todo se hace a pulmón, con los aportes de los mismos dirigentes y sin cobrar algún tipo de cuota económica.

Las trabas de siempre


Como en todo propósito, existen obstáculos a derribar. En esta ocasión la débil fuerza dirigencial que existe, a pesar del afán de unos pocos y la falta de difusión son los temas pendiente. "En numerosas localidades de la provincia se juega mucho al ajedrez. Los clubes lograron captar la atención tanto de chicos como de grandes que quieren iniciarse en el deporte. Así las cosas, lo óptimo sería lograr una conexión entre esas islas de ajedrez y construir los puentes necesarios para que la actividad en los clubes sea uniforme y logre llegar la provincia entera", dice Guzmán.

Allá van los impulsores del gran juego de las estrategias, a hacer del tablero de ajedrez un elemento popular y de recreación tan universal como la pelota de fútbol misma.

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