El subterráneo y el tren aéreo que debían unir Yerba Buena con Banda del Río Salí

El subterráneo y el tren aéreo que debían unir Yerba Buena con Banda del Río Salí

16 Enero 2011
"Hay pájaros que solitos se entrampan por presumidos", decía el cantautor de nuestras cosas, Atahualpa Yupanqui.

"Pero en tiempos de grandes anuncios, que se hacen y en muchos casos no se cumplen, nadie anda con chiquitas", expresó con sabiduría de longevo, Pedro Paredes, jubilado estatal.

El subte de Cortés

El adulto mayor de 90 años evocó al ministro de Economía de 1988, el doctor Fernando Cortés, quien -según Paredes- solía autodefinirse como el mejor economista del país, con varios libros escritos. Don Pedro contó que una vez Cortés dijo en una sesión de interpelación de la Cámara de Diputados que "a él lo consultaban de los Estados Unidos. Incluso ese día me acuerdo con precisión, citó al ministro de Economía de Alfonsín, Sourrouille, quien lo había llamado por teléfono para decirle: ?Fernando, si te hubiera hecho caso, ya habríamos solucionado el problema económico?".

Cortés anunció en 1988 la construcción de un subterráneo, que iba a unir Yerba Buena con Banda del Río Salí. "Entonces aseveró: "los japoneses y otros grupos de empresarios apoyarán esta obra." Pero como observó varios rostros incrédulos en el recinto se animó a resaltar con voz firme y convicción: "los genios dejamos las grandes obras para que las aprovechen los vivos". Lo cierto que aún seguimos aguardando la llegada de los nipones", agregó don Paredes.

Los anhelos de Bulacio

Otro hombre de grandes proyectos y anuncios, cuando militaba en la política, es el empresario Rafael Bulacio. Mientras se desempeñaba como intendente de San Miguel de Tucumán, aseveró en una conferencia de prensa: "pavimentar 1.200 cuadras, construir un centro cívico e instalar un tren aéreo son tres grandes anhelos que me desvelan".

"Pensar en un ferrocarril sobreelevado como sistema alternativo de transporte, y cuya concreción es muy factible, es pensar en la ciudad del tercer milenio", sostuvo el entonces jefe comunal, acompañado por Peter Suter, corresponsal de la embajada Suiza, que también anunció que la empresa helvética Intamin ya había elaborado "un anteproyecto para instalar un monorriel aéreo en nuestra ciudad".

La propuesta preveía que en la primera etapa -sobre un total de cinco- se abarcara sólo el circuito del centro de la capital con una longitud total de 7.200 metros. Después se uniría a la capital con Yerba Buena, Banda del Río Salí, Tafí Viejo y Lules. El proyecto estaba planteado como la gran solución para los problemas de tránsito del municipio.

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