¿CUANDO BAJA LA PELOTA? Herbella y Vera esperan para sacar provecho de la jugada. Se luchó demasiado.
Hagamos la simple: San Martín no pudo ganarle a Ferro por culpa de Pablo Díaz. El árbitro no cobró una mano antes del gol de Carballo, se apresuró para expulsar a Pereira, no midió con la misma vara y permitió que los porteños hicieran todo el tiempo del mundo. Ya tenemos chivo expiatorio. La postura es demagógica, pero... ¿a quién le importa?
Mejor ser realistas, por más que a muchos no les guste. A fin de cuentas van siete fechas de un campeonato que suele definirse en la recta final, bien cerquita del disco. Tiempo para reacomodar las piezas sobra. La certeza es que San Martín no supo meter en caja a un adversario ultralimitado porque fue víctima de sus propias limitaciones. Tácticas y técnicas. Los caminos que eligió para atacar estaban embarrados y no había una 4x4 a mano para recorrerlos. Inevitablemente, se empantanó.
Fue insólito que el primer tiempo haya terminado 1 a 0. Los de Ferro fueron 11 menhires incrustados en la cancha. San Martín sacó la diferencia con otra lección de saavedradependencia -gran remate rasante del carrilero- y contó con un par de chances clarísimas: Noir tiró afuera y Córdoba perdió mano a mano con Champagne.
A ese adversario anodino, el "santo" -amo y señor del partido- debió haberlo ajusticiado. Le perdonó la vida y en el inicio del complemento cayó la pelota llovida en el área de Gutiérrez y Carballo la mandó a guardar. Antes hubo mano de Aban y Díaz no la vio; tampoco el asistente.
Trascartón Pereira pegó una patada tan grosera como innecesaria que Díaz se vio obligado a penalizar con amarilla. A las duchas.
La última media hora expuso las carencias de San Martín, su lucha interior, su obcecada búsqueda del centro salvador. Se nublaron las neuronas, el calor hizo lo suyo, los yerros de Noir y de Herrera se tornaron irritantes. Ya había salido Córdoba, casi un clon de Casado.
A San Martín le cuesta horrores marcar goles, y más que una mala racha o un karma ya es un tema candente que Roldán necesita resolver. Tampoco está galvanizada la última línea. Las sonrisas del inicio del campeonato parecen tan, tan lejanas...
1 Traigan una bruja, urgente
Noir contó con dos chances clarísimas. En el primer tiempo tiró desviado en el área chica. Después, cuando estaban 1 a 1, cabeceó abajó, pegadito al palo, y Champagne manoteó milagrosamente. ¿Y Herrera? Tampoco acierta. ¿Qué pasa?
2 Pereira sí; Pereira no
Los hinchas enrojecen sus palmas premiando las guapeadas del uruguayo. Cuando copa la zona y toca de primera, Pereira es clave para el equipo. Si se descontrola y pega una patada en el círculo central, resta.
3 Hablando de puestos clave...
En las próximas horas llegará el nuevo líbero. Leandro de Muner no pasó mayores sobresaltos ayer, aunque es cierto que Ferro atacó poco y nada. ¿Y Gutiérrez? ¿Es absolutamente indiscutible para Roldán? Esta historia continuará.
Mejor ser realistas, por más que a muchos no les guste. A fin de cuentas van siete fechas de un campeonato que suele definirse en la recta final, bien cerquita del disco. Tiempo para reacomodar las piezas sobra. La certeza es que San Martín no supo meter en caja a un adversario ultralimitado porque fue víctima de sus propias limitaciones. Tácticas y técnicas. Los caminos que eligió para atacar estaban embarrados y no había una 4x4 a mano para recorrerlos. Inevitablemente, se empantanó.
Fue insólito que el primer tiempo haya terminado 1 a 0. Los de Ferro fueron 11 menhires incrustados en la cancha. San Martín sacó la diferencia con otra lección de saavedradependencia -gran remate rasante del carrilero- y contó con un par de chances clarísimas: Noir tiró afuera y Córdoba perdió mano a mano con Champagne.
A ese adversario anodino, el "santo" -amo y señor del partido- debió haberlo ajusticiado. Le perdonó la vida y en el inicio del complemento cayó la pelota llovida en el área de Gutiérrez y Carballo la mandó a guardar. Antes hubo mano de Aban y Díaz no la vio; tampoco el asistente.
Trascartón Pereira pegó una patada tan grosera como innecesaria que Díaz se vio obligado a penalizar con amarilla. A las duchas.
La última media hora expuso las carencias de San Martín, su lucha interior, su obcecada búsqueda del centro salvador. Se nublaron las neuronas, el calor hizo lo suyo, los yerros de Noir y de Herrera se tornaron irritantes. Ya había salido Córdoba, casi un clon de Casado.
A San Martín le cuesta horrores marcar goles, y más que una mala racha o un karma ya es un tema candente que Roldán necesita resolver. Tampoco está galvanizada la última línea. Las sonrisas del inicio del campeonato parecen tan, tan lejanas...
1 Traigan una bruja, urgente
Noir contó con dos chances clarísimas. En el primer tiempo tiró desviado en el área chica. Después, cuando estaban 1 a 1, cabeceó abajó, pegadito al palo, y Champagne manoteó milagrosamente. ¿Y Herrera? Tampoco acierta. ¿Qué pasa?
2 Pereira sí; Pereira no
Los hinchas enrojecen sus palmas premiando las guapeadas del uruguayo. Cuando copa la zona y toca de primera, Pereira es clave para el equipo. Si se descontrola y pega una patada en el círculo central, resta.
3 Hablando de puestos clave...
En las próximas horas llegará el nuevo líbero. Leandro de Muner no pasó mayores sobresaltos ayer, aunque es cierto que Ferro atacó poco y nada. ¿Y Gutiérrez? ¿Es absolutamente indiscutible para Roldán? Esta historia continuará.








