01 Agosto 2010
El principal problema del consumo excesivo de alcohol es la tolerancia social que hay alrededor del tema, sostiene el psicólogo Fernando Parolo, experto en adicciones. A veces la insistencia más fuerte en prevención es sobre las drogas ilegales, pero la sociedad convive con un problema más grande que es el abuso de alcohol.
"El alcohol es por lejos la primera droga de consumo, sólo que no se ve a la sustancia como una droga", remarca. Aclara que la bebida en sí misma no es el problema, sino el uso que se hace de esta. "Lo grave es el descontrol, cuando la ingesta excesiva produce síntomas sociales, como violencia y accidentes. Hay que analizar lo que pasa: cuando hay descontrol es porque falta la mirada del otro, que en este caso es del Estado y la familia", sostuvo Parolo, fundador del Instituto para el Estudio y Prevención de las Adicciones (IEPA).
Para el médico Alfredo Córdoba, director de Toxicología de la Asistencia Pública municipal, no sólo es la principal droga de abuso, sino que también es la que mayor daños está causando en los organismos de los jóvenes.
La toxicóloga Susana Ponce de León sostiene que el consumo de esta sustancia tiene efectos a corto y a largo plazo. "A corto porque altera el funcionamiento del Sistema Nervioso Central: produce una distorsión sensorial, agresividad y deshinibición. A largo plazo puede llevar a la dependencia", explica. Como consecuencia del aumento del uso de bebidas de alta graduación alcohólica también se han incrementado los casos de intoxicaciones que llegan a los hospitales. "Sabemos que hay mayor ingreso de jóvenes en coma alcohólica; son casos severos que pueden ser hasta mortales", cuenta preocupada.
Ponce de León sostiene que la tarea de prevención es dificilísima ante la fuerte creencia social que relaciona la diversión con el alcohol. "Los expertos en adicciones comenzamos, hace ya muchos años, las acciones de prevención de forma errónea porque les tratamos de hablar primero a los chicos, cuando lo mejor hubiese sido tratar con los padres", concluyó.
"El alcohol es por lejos la primera droga de consumo, sólo que no se ve a la sustancia como una droga", remarca. Aclara que la bebida en sí misma no es el problema, sino el uso que se hace de esta. "Lo grave es el descontrol, cuando la ingesta excesiva produce síntomas sociales, como violencia y accidentes. Hay que analizar lo que pasa: cuando hay descontrol es porque falta la mirada del otro, que en este caso es del Estado y la familia", sostuvo Parolo, fundador del Instituto para el Estudio y Prevención de las Adicciones (IEPA).
Para el médico Alfredo Córdoba, director de Toxicología de la Asistencia Pública municipal, no sólo es la principal droga de abuso, sino que también es la que mayor daños está causando en los organismos de los jóvenes.
La toxicóloga Susana Ponce de León sostiene que el consumo de esta sustancia tiene efectos a corto y a largo plazo. "A corto porque altera el funcionamiento del Sistema Nervioso Central: produce una distorsión sensorial, agresividad y deshinibición. A largo plazo puede llevar a la dependencia", explica. Como consecuencia del aumento del uso de bebidas de alta graduación alcohólica también se han incrementado los casos de intoxicaciones que llegan a los hospitales. "Sabemos que hay mayor ingreso de jóvenes en coma alcohólica; son casos severos que pueden ser hasta mortales", cuenta preocupada.
Ponce de León sostiene que la tarea de prevención es dificilísima ante la fuerte creencia social que relaciona la diversión con el alcohol. "Los expertos en adicciones comenzamos, hace ya muchos años, las acciones de prevención de forma errónea porque les tratamos de hablar primero a los chicos, cuando lo mejor hubiese sido tratar con los padres", concluyó.
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