El mejor salvavidas

El mejor salvavidas

Análisis.

Cambian las edades, las bebidas, los escenarios del beberaje. Pero nunca la esencia: el alcohol es una marca de los estudiantes. Parte de ser adolescente es probar los límites. Y esas pruebas pueden ser demasiado peligrosas porque el alcohol es el sello más importante que tienen las transgresiones.

Es cierto que el alcohol mata. No lo hace directamente, pero aparece en casi la mitad de las muertes de los jóvenes. A la Policía y los médicos ya no les resulta extraño ese olor fuerte en cada pelea violenta o choque de fin de semana.

Casi ocho de cada 10 adolescentes toman alcohol. Es difícil creer que esta realidad sólo tenga que ver con una moda. El consumo excesivo de sustancias se relaciona también con una sociedad que dejó de dar respuestas, con un Estado que evidentemente no puede cumplir bien su rol de controlar la venta ilegal de bebidas a menores.

Es cierto que el alcohol mata. Pero nada mata más que la indiferencia y la resignación. Y que ya nadie se asombre al ver a los adolescentes divirtiéndose entre botellas es una mala señal. Porque la alarma de un padre, de una comunidad, marca la diferencia cuando aparece el peligro. Una alarma que no sólo se tiene que encender en rojo. O bien, que después del rojo active el verde para hablar, escuchar, estar cerca, concientizar, ofrecer un abanico de opciones saludables y poner límites. Es probable que casi todos los adolescentes pasen la prueba del alcohol. Por eso, lo principal, es estar atentos y reaccionar. Es el mejor salvavidas.

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