Extasis en el estadio Azteca: ¡campeones!

Extasis en el estadio Azteca: ¡campeones!

03 Julio 2010
Cuando Jorge Valdano marcó el 2 a 0, al cabo de una estupenda jugada colectiva, parecía que la suerte estaba echada. Argentina imponía condiciones y la conquista de la Copa era sólo cuestión de tiempo. José Luis Brown había puesto a la Selección en ventaja con un cabezazo en el primer tiempo. Todo marchaba a la perfección.

Pero la historia del fútbol señala que Alemania nunca está vencida. Y lo demostró en el mediodía mexicano con dos goles calcados, obra de Karl-Heinz Rummenigge y Rudi Völler, que equilibraron el marcador.

La única manera de resolver la final era con una genialidad, y Diego Maradona hizo magia: metió un pase extraordinario en la mitad de la cancha y Jorge Burruchaga cabalgó hacia el 3 a 2. Fue el momento cumbre del Mundial 86: Argentina alcanzaba su segundo título. La Copa tenía un justo dueño.

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