"No soy un asesino", manifestó Albornoz

"No soy un asesino", manifestó Albornoz

Se espera que hoy, desde las 9.30, declaren Alberto Cattáneo y Luciano Benjamín Menéndez

DURO. Hace seis años me tienen ’guardado’ injustamente, dijo Albornoz. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO DURO. "Hace seis años me tienen ’guardado’ injustamente", dijo Albornoz. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO
18 Febrero 2010
Durante la jornada vespertina de ayer (que duró de 17.30 a 21), cuatro imputados tuvieron la posibilidad de declarar ante el tribunal y de contestar preguntas de las partes. Sin embargo, sólo dos hicieron uso de ese derecho: Carlos de Cándido y Roberto Heriberto Albornoz. Por el contrario, Luis Armando de Cándido (hermano de Carlos) y Albino Mario Zimmermann desistieron de declarar y de ser indagados por los abogados. Por esto, el presidente del Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF), Carlos Jiménez Montilla, pidió a Secretaría que lea las indagaciones a Luis de Cándido y a Zimmermann, que fueron realizadas durante las instancias previas a la elevación a juicio (así lo prevé el código). Hoy, desde las 9.30, declararían Alberto Cattáneo y Luciano Benjamín Menéndez.

Carlos de Cándido (imputado por usurpación de domicilio y por asociación ilícita) estructuró su discurso sobre la base de que desconocía que la casa que ocupó pertenecía a Rolando y a Marta Coronel (padre e hija; ella murió a raíz de heridas provocadas por tortura, él continúa desaparecido). Adujo que, desesperado porque se le vencía el alquiler y porque su familia no tenía dónde ir, aceptó la vivienda que le ofreció un superior. Años después, supo que era de los Coronel y dijo que estuvo dispuesto a dársela cuando la reclamasen. La querella realizó varias preguntas, pero la más contundente la formuló el fiscal federal Alfredo Terraf: "cuando se enteró de quién era la casa, ¿no le llamó la atención que usted y su hermano ocuparan distintas casas, pero de mismos dueños?" (Luis de Cándido vivía en una vivienda de Chacabuco 476/78, también de los Coronel). "Más vale; dijimos: ’estamos viviendo en la casa de una persona que no está’", respondió.

Albornoz adoptó un tono enérgico para declarar. "Presté declaración no sé en cuántas causas, porque hace seis años que me tienen guardado (sic) injustamente. Niego y rechazo de manera terminante. No he cometido ningún delito, no soy un asesino", afirmó, casi a los gritos. En un principio, aceptó a contestar algunas preguntas de la querella. Luego, desistió de ello. Entonces, los abogados pidieron que se lea el legajo del ex policía, debido a que entendían que sus dichos se contradecían con el documento: Albornoz había negado ser jefe del Servicio de Información Confidencial y del D2 (Inteligencia), pero su foja de servicios daba cuenta de que sí había conducido estas dependencias entre el 75 y el 78.

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