La nochebuena sorprendió a los tucumanos por la calma que se vivió en las calles, en comparación con años anteriores. Los jóvenes evitaron deambular y prefirieron quedarse a celebrar en sus casas, en fiestas privadas o yendo a lugares alejados.
A partir de las dos de la mañana comenzó a sentirse que el ruido se apoderaba lentamente de la ciudad. Las arterias con mayor circulación fueron las avenidas Mate de Luna, en la capital, y Aconquija, en Yerba Buena. Aunque la "Ciudad Jardín" suele concentrar todos los años la mayor cantidad de fiestas, esta vez se vivió una noche particularmente tranquila, tal vez alentada por la persistente lluvia.
La elección preferida de los jóvenes fueron las reuniones en casas, para evitar desplazarse en una fecha que suele mostrar un movimiento conflictivo. Así lo aseguró a LA GACETA Federico Arancibia, de 25 años. "Es problemático andar de un lugar a otro en estas fechas; además, es típico que llegás a una fiesta a las tres de la mañana después de estar con tu familia y a las cuatro la clausuran", se quejó el muchacho mientras caminaba a la casa de un amigo.
Un festejo muy especial tuvo lugar en una casa quinta camino a Villa Nougués, donde se organizó un recital para pasar la Nochebuena disfrutando música.
"Decidimos organizarla hace dos semanas; es una fiesta diferente porque en vez de encerrarnos en un boliche vinimos a pasarla bien en medio de la naturaleza y haciendo música con amigos", relató Ainhoa Cormenzana Méndez, bajista de "Ad-Hoc", banda que junto con "Civitas Dei", ofreció ritmos latinos que se bailaron hasta el amanecer.
"Acá estamos lejos del ruido pero cerca de la ciudad, como decía un eslogan", afirmó distendido Sergio Hoyos, de 25 años, mientras disfrutaba de un trago en la fiesta.
"Anduvimos por todos lados y se suspendieron varias reuniones, en algunas había poca gente y en otras directamente no se podía entrar. Creo que acá nos quedamos" contó Mariano Madrid, luego de descender de su auto acompañado por su novia Sol.