Invierten U$S 30 millones en una planta industrial

IMPONENTE. La obra se realiza en un predio de 40 hectáreas y 25 de ellas ocupan el complejo industrial San Salvador. Los silos tendrán capacidad para almacenar 180.000 toneladas de trigo. Se producirá hasta 10.000 kilos/hora de pastas. LA GACETA/ FOTOS DE FRANCO VERA IMPONENTE. La obra se realiza en un predio de 40 hectáreas y 25 de ellas ocupan el complejo industrial San Salvador. Los silos tendrán capacidad para almacenar 180.000 toneladas de trigo. Se producirá hasta 10.000 kilos/hora de pastas. LA GACETA/ FOTOS DE FRANCO VERA
25 Octubre 2009
La empresa Emilio Luque está ejecutando uno de los emprendimientos industriales más importantes de los últimos años en Tucumán, por su envergadura y por los niveles de inversión. Se trata del Complejo Industrial San Salvador, ubicado en Cruz del Norte (Colombres, departamento Cruz Alta), donde se está levantando una planta integrada (acopio de granos, molino harinero y fábrica de pasta) en la que se fabricarán harina y fideos, en una primera etapa, y galletas y alimentos balanceados, en una posterior etapa.
El empresario tucumano del rubro alimentación Emilio Luque es la cabeza del proyecto, que demandará una inversión de U$S 30 millones. El desarrollo del emprendimiento está bajo la supervisión de Martín Luque. "Empezamos el 7 de noviembre de 2008 a hacer trabajos de movimiento de suelo. A fin de año vamos a terminar una parte de la obra y el año que viene esperamos poder comenzar a producir", explicó.
La intención de los Luque es producir pastas a gran escala, con la vista puesta en el abastecimiento no sólo de su cadena de supermercados (poseen 18 en Tucumán, Salta, Santiago del Estero y Catamarca), sino también en otras provincias y a países limítrofes. La tecnología que tendrá la fábrica de pastas es italiana -son los líderes mundiales en la materia-, la planta de acopio es de EEUU y las calderas para la energía y el sistema de aire comprimido de Alemania.
"El proyecto se comenzó a pergeñar hace 16 meses y fue planificado antes que estalle la crisis. Pese a ello, y a la falta de confianza en el país, el de alimentos es un rubro que no pasa de moda ni se desploma por crac financieros. Además, la idea se fortaleció luego de la experiencia de haber exportado harina a Chile y a Bolivia", explica Emilio Luque, que explota desde hace algunos años el molino de la ex fábrica Cotella. Allí, producen y fraccionan harina.
"Chile no se autoabastece con la producción de trigo y muchos menos Bolivia, Perú y Venezuela. Por ello, más allá de la crisis internacional y nacional que tengamos, es que decidimos invertir en alimentos", detalló el empresario.
Según explicó, el proyecto está financiado en un 100% con recursos propios y sin financiamiento ajeno a la empresa. ¿No pone en riesgos sus otros negocios al poner plata de la empresa?, le consultó LA GACETA. "Bajo ningún punto de vista, ya que nuestros negocios son unidades independientes. El molino es una estructura independiente de producción y otra son los supermercados, por ejemplo. No es nuestra intención sacar dinero de un negocio para otro. El éxito de nuestra empresa es no tocar el capital de los súper. No nos financiamos ni a través de proveedores ni de bancos", aseveró Martín.
Martín Luque explicó que, en una primera etapa, la parte de acopio tendrá una capacidad de 58.000 toneladas, con una capacidad máxima proyectada de 180.00 toneladas. "Está planeado que se muelan 300 toneladas diarias, con una instalación proyectada para que se adapte a 600 toneladas. La fábrica de pastas está diseñada para que esté integrada con cinco líneas de producción. En una primera etapa, funcionarán dos: una de pasta larga y otra de corta, lo que nos dará una capacidad de producción de 3.500 kilos/hora. Está proyectada para llevarla a 10.000 kilos/hora. Toda la estructura está planeada para ampliar la capacidad de producción. Se trabajará con pastas de marca propia, que están en proceso de estudio de mercado y de marketing. El envasado también está integrado a la planta", detalló.
Emilio Luque añadió que el complejo está pergeñado para que en una segunda etapa se aprovechen al máximo los subproductos del trigo. "Tenemos pensado fabricar galletas y alimentos balanceados. Esto se puede hacer porque, de cada 100 kilos de trigo que entran al molino, salen 75 o 76 kilos de harina. El resto, son subproductos que pueden utilizarse para fabricar galletas o alimentos balanceados, además de los fideos", dijo.
"En lo que hace a la provisión de materia prima, creemos que este molino será beneficioso para los productores tucumanos, ya que el sector tenía que mandar todo su trigo a Rosario. Eso significaba que debían ceder una parte importante de sus ingresos en concepto de fletes. Ahora, podrán vender a un precio mejor que el de antes. El productor tendrá una mayor rentabilidad", añadió.
Cuando el molino esté funcionando, necesitará entre 100.000 y 120.000 toneladas de trigo. En promedio, y con buenas condiciones climáticas, Tucumán produce alrededor de 200.000 toneladas. "Se va a contener la producción de Tucumán", afirmó el empresario.
Luque estimó que con la concreción del proyecto su empresa podrá competir con mayor éxito en el rubro comercial y, a la vez, ir ampliando su cartera de clientes a todo el NOA y el NEA. "La diferencia está en que, teniendo los mismos costos de producción que nuestra competencia, ganamos en logística. Los productos que vienen de Buenos Aires tienen un costo mayor de entre un 20% y un 30%, que se vuelca al precio de consumidor final", añadió.
La empresa Emilio Luque es unipersonal (sólo los hijos del empresario poseen alguna participación accionaria) y emplea de manera directa y durante todo el año a 1.600 trabajadores. En el Complejo San Salvador trabajarán entre 150 y 180 personas más.

Comentarios