El adiós a un artista que no reconocía límites

El uruguayo logró controlar el sida, pero un cáncer de hígado terminó con su vida ayer. Las radios en las que trabajó sólo emitieron música en señal de duelo. Una filmación sobre sus últimos días, realizada por él mismo en la quimioterapia.

INOLVIDABLES PERSONAJES. Fernando Peña durante uno de sus unipersonales, en el que interpretó a una mujer que no tenía pelos en la lengua. TELAM INOLVIDABLES PERSONAJES. Fernando Peña durante uno de sus unipersonales, en el que interpretó a una mujer que no tenía pelos en la lengua. TELAM
18 Junio 2009
BUENOS AIRES.- El actor y conductor Fernando Peña falleció ayer a los 46 años en la Clínica Alexander Fleming, del barrio porteño de Belgrano, donde recibía atención por un cáncer de hígado.
La muerte de Peña fue confirmada por el periodista Matías Martin en radio "Metro 95.1", donde el actor conducía el programa "El Parquímetro". Tras informar sobre la muerte de Peña, la radio levantó su programación y emitió música. Lo mismo hizo "Rock & Pop", donde Peña comenzó su carrera como conductor y cómico radial.

Un rebelde
El actor, hijo del periodista Pepe Peña, nació en Montevideo el 31 de enero de 1963.
Su compañero sentimental, Diego Scott, dijo a la prensa que Peña estaba internado desde el jueves en el Instituto Alexander Fleming, donde ayer falleció a las 16.40. En 2002, Peña contó ante los medios de comunicación que padecía sida, enfermedad que en aquél momento lo dejó al borde de la muerte a causa de una neumonía.
Inició su actividad radial junto a Lalo Mir y fue reconocido por los numerosos personajes que interpretó, entre los que se destacaron la cubana Milagros López; el italiano Mario Modesto Sabino, el popular Palito y el sanisidrense Martín Revoira Lynch. Escribió el libro "Gracias por volar conmigo".
En teatro interpretó numerosas obras, entre ellas, "Esquizofrenia", "La burlona tragedia del corpiño" y, desde enero, protagonizaba "Diálogo de una prostituta con su cliente", en el Metropolitan.
"Construir una mujer a través de un hombre tiene un poco de esos movimientos hiperexagerados. Las medias de red nunca van a ser lo suficientemente escandalosas, los tacos siempre serán demasiado bajos. Es divertido porque disfruto del desparpajo y la libertad", expresó el actor sobre sus personajes femeninos.
Sus espectáculos teatrales rompían con las formas tradicionales para prolongarse muchas veces durante más de tres horas mostrándose al desnudo, sin velos ni tapujos. No buscaba pretextos, se exponía y sacudía al público generando una inco-modidad que rompía el confort del anonimato de la platea.

Estaba muy contento

El productor de su última obra de teatro, Javier Faroni, dijo que el viernes recibió el último e-mail de Fernando. Estaba muy contento por noticias que le daban los médicos. "Estaba feliz, con más ánimo que en los últimos días", contó. Faroni manifestó que Peña "quería volver al teatro. Le dijimos que había tiempo para eso. El quería sí o sí volver al teatro".
"Fernando era un ser humano especial. Hacía tres semanas había dejado de hacer las funciones en el teatro", expresó.
Recientemente Peña contó que estaba grabando con una cámara personal las sesiones de quimioterapia que recibía para su tratamiento de cáncer, con la idea de hacer un documental sobre sus últimos días.
"Quiero desdramatizar esto y compartirlo con la gente", expresó en esa oportunidad. "No soy un buen paciente, pero los médicos dicen que es importante saber escuchar al cuerpo, y a mí a veces me pide tomar un vino, en otra oportunidad salir a caminar y yo le hago caso", indicó haciendo gala de su rebeldía sin límites.

Un volador

Peña fue "descubierto" por Lalo Mir cuando trabajaba como comisario de a bordo en una línea aérea internacional. Allí, él hacía sus personajes para darle indicaciones a los pasajeros, y Lalo un día pidió conocer "a la vieja cubana que habla tantas locuras", contó. Era Peña el que hacía ese papel que tanto entretenía a quienes viajaban.
De ahí en más forjó una audaz carrera tanto en radio como en teatro, donde deslumbró por la  osadía de sus propuestas, que también llegaron al plano literario. (DYN, NA, Télam y Especial)

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