
TODOS ARRIBA. Entre la maraña de cabezas, Matías Villavicencio se las arregla para conectar el cabezazo. Hubo intermitencias en el rendimiento defensivo de los “santos”. FOTOBAIRES

BUENOS AIRES, (Enviado especial Leo Noli).- San Martín venía de darle una paliza a Independiente y todo parecía indicar que Carlos Roldán no retocaría el equipo. Sin embargo, el técnico recurrió a un plan B para sorprender a Argentinos. Y la apuesta le salió bien porque el “santo” regresó con un punto que luego cotizará en oro.
El entrenador presentó una formación con doble cinco. Eligió a Marcelo Perugini y a Facundo Pérez Castro para cumplir con esa función. El “Negro” sorprendió cuando trasladó a Pablo Cantero por la derecha en lugar de Marcelo Quinteros y mandó a la cancha a Daniel Vega por Gustavo Ibáñez.
A pesar de tantas variantes, Roldán fue fiel a su dibujo táctico. Mantuvo el 3-4-1-2. Pero en el fútbol nada es predecible. Cuando todo funcionaba como un relojito suizo y el “santo” tocaba y tocaba, a los 38 minutos del primer tiempo, el chileno Cristian Canío se fue expulsado y el plan pareció tambalear.
Roldán no se asustó y redobló la apuesta en el complemento. Hizo ingresar a Matías Urbano por César Lapaglia y presentó un 3-4-2 para ganar en ofensiva. No se rindió cuando Argentinos se puso en ventaja y fue por más. Necesitando al menos un punto se inclinó por un 3-3-3 y mandó a la cancha a Nicolás Herrera y al “Ratón” Ibáñez. Y finalmente el “Negro” dio en la tecla.
Porque fueron esos futbolistas los que anotaron los tantos con los que San Martín consiguió un punto. Muchos, en estos momentos hubieran preferido sumar de a tres, pero al final de este parejo certamen es posible que la unidad adquiera un valor relevante.
Funcionó el plan “B”
“En hora buena que todos los muchachos que ingresaron en este partido hayan respondido a la confianza. Esta es una prueba más de que tenemos alternativas a la hora de planificar un encuentro˝, aseguró Carlos Roldán.








