
La escena nacional llora al actor Ulises Dumont
El protagonista de filmes inolvidables como "Tiempo de revancha" y "No habrá más penas y olvido" falleció ayer a los 71 años, a causa de una dolencia cardíaca. El artista, considerado como un "duende del escenario", se lució en el cine, en la TV y en el teatro.
EN TUCUMAN. Ulises Dumont estuvo en la provincia en marzo último, filmando escenas para una película. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO

Buenos Aires.- Ulises Dumont, figura esencial de la escena argentina con notables participaciones en cine -donde tomó parte en más de 80 largometrajes- y también en el teatro, falleció ayer, a los 71 años, a causa de una dolencia cardíaca.
Dueño de una fibra interpretativa que permitió valorar el aporte del que acompaña, del ladero del protagonista, Ulises dotó de matices a sus personajes y aunque su formación se la debe al teatro, potenció la labor del actor también en la pantalla grande. Quizá por ese aporte constante y notable, el artista nacido en Buenos Aires el 7 de abril de 1937, logró atravesar sin tropiezos el salto estético y generacional vivido por el cine argentino, un espacio en el que debutó en 1964 con la cinta “Dos quijotes sobre ruedas”.
Un pilar
Dumont fue pilar de películas formales como “Tiempo de revancha”, “La parte del león”, “Ultimos días de la víctima” (las tres de Adolfo Aristarain), “Los enemigos” o “Sentimental” y también brilló en filmes de otras texturas como “Rosarigasinos”, “La película del rey” o los dirigidos por Alejandro Agresti (“El viento se llevó lo que” y “Un mundo menos peor”). En esa lista de labores trascendentes no pueden omitirse los títulos “Diarios de motocicleta”, “Conversaciones con mamá”, “Sur”, “El mismo amor, la misma lluvia”, “Sus ojos se cerraron”, “Cuarteles de invierno”, “Los chicos de la guerra”, “No habrá más penas ni olvido” y “El hombre del subsuelo”, entre otros.
Esta presencia constante y esencial para encarnar diversos personajes siempre fundamentales en la narración cinematográfica alcanzó un reconocimiento que trascendió lo local. Su protagónico en “Los enemigos” (1983), de Eduardo Calcagno, le permitió obtener premios como mejor actor en los festivales internacionales de San Sebastián, La Habana, Biarritz y San Remo.

Formación
Fue justamente el teatro su ámbito natural de formación desde que en 1958 y junto a un grupo de amigos del barrio porteño de Núñez (en el que también estaba Luis Brandoni) formó un elenco dentro de un club y debutó con la pieza “Futuro imperfecto”. “No sé lo que me pasó, pero cuando subí al escenario sentí como un shock. En ese momento me di cuenta que lo único que me interesaba en la vida era ser actor. Tenía 19 años”, recordó un cuarto de siglo más tarde en un reportaje.
Sobre tablas son recordados sus aportes en piezas como “La Nona”, “Arlequín, servidor de dos patrones”, “La cal viva”, “El hombre elefante”, “El sol naciente”, “El acompañamiento” y “Gris de ausencia”.
Menos requerido en televisión, igual hizo lo suyo en un puñado de programas que marcaron la pantalla chica, como “Los miedos”, “Compromiso”, “Situación límite” y “Hombres de ley”.
Un duelo nacional
Aunque continuó sumándose a diversos proyectos cinematográficos y teatrales, su salud venía deteriorándose paulatinamente y por ello padecía artrosis en una de las piernas y a su corazón se le había practicado un triple by pass.
La muerte del actor provocó ayer una profunda consternación en el ambiente artístico, que catalogó su fallecimiento como “un duelo nacional para el arte” y lo recordó como “un gran sibarita”, “una bomba atómica de talento” y “un duende del escenario”, entre otros títulos. (Télam-Especial)








