Tierra de pícaros y oportunistas

Ojos tucumanos. Por Gustavo Rodríguez - Redacción LA GACETA, enviado especial.

21 Octubre 2008

 

Los turistas los miraban de arriba a abajo. Durante varios segundos, observaron a los jugadores de Atlético, mientras hacían comentarios en voz baja. Esos hombres vestidos con ropa deportiva les llamaban la atención. Los futbolistas respondían con indiferencia. "No nos hablan y tampoco hablaría con ellos, porque no entendería lo que me quieren decir. Pero la verdad es que son muchísimos", explicó Leopoldo Gutiérrez. Sí, el delantero no se equivoca. Esta ciudad está invadida por europeos, asiáticos y latinoamericanos. Son personas que recorren las calles con una velocidad increíble, dispuestos a pagar muchos euros por cualquier cosa que les guste. El cuero es la vedette de calle Florida. Obviamente, que ese fervor muchas veces los traiciona y terminan siendo víctimas de inescrupulosos hombres a los que no les tiembla el pulso a la hora de quitarles la mayor cantidad de dinero posible.
Por ejemplo, en plena avenida Corrientes, un artesano africano le vendió un mate de caña a una pareja de alemanes a 100 euros, cuando en realidad el producto tranquilamente se puede conseguir en cualquier supermercado tucumano a no más de 30 pesos. "A usted se lo dejo a 100 pesos", regateó el cuentapropista cuando se le preguntó el valor. "Es bueno,
hecho a mano en Chaco", agregó al ver que se le escapaba la tortuga. El mendocino Sebastián Longo, con una enorme sonrisa dibujada en su rostro, reconoció que es imposible que con sus compañeros salgan de compras. "Todos los precios están puestos para el turista extranjero. Es una vergüenza lo que cuestan las cosas", se quejó. Y si de oportunistas se trata, los taxistas porteños se llevan todos los laureles. Es increíble cómo se esfuerzan para elegir siempre el camino más largo. "Si agarramos por Libertador nos demoramos más. A esta hora es infernal el tráfico, ¿viste?", argumentó el chofer, mientras justificaba las 10 cuadras que se desvió. Y sí, esto es Argentina, el país donde, como escribió Santos Discépolo, "el que no llora, no mama, y el que no afana es un gil. ¡Dale nomás! ¡Dale que va!". Chan-chan.

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