Una clásica espera antes del cotejo

El plantel "decano" arribó con demora a Buenos Aires y eso generó malestar.

FRENTE AL TELEVISOR. Los futbolistas de Atlético también se engancharon con el duelo entre River y Boca. LA GACETA / ENVIADO ESPECIAL JOSE INESTA FRENTE AL TELEVISOR. Los futbolistas de Atlético también se engancharon con el duelo entre River y Boca. LA GACETA / ENVIADO ESPECIAL JOSE INESTA
20 Octubre 2008

BUENOS AIRES, (Enviado especial).- No fue un viaje tranquilo. El plantel de Atlético tuvo problemas en el vuelo y arribó a esta ciudad más de una hora después de lo previsto, situación que modificó los planes del entrenador Héctor Rivoira.
Ni bien llegaron al Viamonte Buenos Aires Apart, ubicado al frente de la sede de la AFA, los jugadores se instalaron en sus habitaciones y acomodaron sus pertenencias. Luego bajaron al comedor a merendar y a disfrutar del segundo tiempo del clásico entre Boca Juniors y River Plate. Lucas Ischuk, Diego Erroz, Josemir Lujambio, Juan Manuel Azconzábal y Javier Páez fueron los que se sentaron en primera fila para estar al tanto de lo que ocurría en el Monumental de Núñez.
El delantero uruguayo dejó a la vista su gran sentido del humor y bromeó en más de una oportunidad sobre las acciones del juego. Varios compañeros festejaron sus ocurrencias. Otros, en cambio, lo miraron con cara de asombro.
Por orden del técnico, una vez finalizado el encuentro, los futbolistas retornaron a descansar a sus habitaciones. Algunos de ellos durmieron, otros directamente se quedaron mirando televisión en sus piezas y pasadas las 21 bajaron al primer piso del hotel, para disfrutar la cena que les preparó el chef : tarta de jamón y queso, ravioles con pollo y helado.
Varios simpatizantes se arrimaron hasta el búnker “decano” para apoyar a sus ídolos y, de paso, “robarse” uno que otro autógrafo. Muchos de ellos prometieron infiltrarse hoy en cancha de Ferro para acercarles su aliento.
El viaje que realizaron los “decanos” no fue de los mejor. Tenían previsto salir a las 13.15, pero el vuelo -el mismo que trasladó a parte del plantel de San Martín- terminó despegando cerca de las 14.30, después de esperar casi dos horas. Al hotel llegaron poco antes de las 17. “Estamos bien. Solo hubo problemas con el vuelo”, aseguró “Chulo” Rivoira, que gentilmente atendió a LA GACETA y prometió una victoria.