La madre de la víctima se quejó de la resolución judicial

La madre de la víctima se quejó de la resolución judicial

Llorando, la mujer dijo que creía que los condenados irían a la cárcel. La pesadilla.

ENOJADA. Marta Páez de Mansilla. LA GACETA/ ANTONIO FERRONI ENOJADA. Marta Páez de Mansilla. LA GACETA/ ANTONIO FERRONI
23 Septiembre 2008
"Fue una pena demasiado blandita". Con esas palabras, Marta Páez de Mansilla calificó la condena que recibieron los seis hombres que fueron sentenciados a prisión perpetua por el crimen de su hijo. Llorando, la mujer y su esposo, Angel Mansilla, se retiraron del Palacio de Tribunales, pero antes, la señora de Mansilla dialogó con LA GACETA.

- ¿Por qué está disconforme con el fallo?
- Porque tenía ganas de verlos con las esposas puestas. Quería que se los llevara la Policía al penal de Villa Urquiza para que estén ahí durante mucho tiempo. Pero, al final, salieron caminando, como si nada hubiera pasado. Esto no es justo. En Tucumán no existe la Justicia.

- Sin embargo, los imputados fueron condenados.
- Es cierto, pero no fueron a la cárcel como nosotros queríamos. Estos asesinos van a poder ir a la Fiesta de la Empanada sin ningún problema. Da bronca que pase algo así. Para nosotros es muy injusto.

- Es un fallo ajustado a derecho...
- Eso lo entiendo perfectamente. Pero los jueces no entienden es que estas personas, especialmente, "Piki", tienen muchos recursos para burlarse de la Justicia.

- ¿A qué se refiere?
- Apelará el fallo, y estará meses y quizás años sin ir a cárcel. Claro que también tiene la posibilidad de escaparse. Si eso ocurre, ¿quién se acordará a mi hijo? La pesadilla no termina nunca.

- ¿Por qué?
- Durante cinco años, con todo este proceso, viví una pesadilla junto a mi esposo y mi hija. Todo este tiempo esperé que se hiciera el juicio para que estos hombres pagaran por lo que hicieron. Confié en la Justicia y ahora estoy en el mismo lugar que antes. Sentí mucha bronca cuando vi que todos se marchaban sin esposas. Mi hijo no está porque lo asesinaron como a un perro, y los autores caminan libres, como si nada.

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