Recibieron el mensaje

La presidenta Cristina Fernández y su esposo, Néstor Kirchner, complementaron sus discursos, desconociendo a los ciudadanos "neutrales" que en las últimas horas reclamaron en las calles simplemente el fin del conflicto con el campo, pero tomando nota del escenario adverso al buscar legitimar las retenciones móviles en el Congreso. Kirchner habló de "sectores que quieren desestabilizar" y la Presidenta de "un bocinazo", para desacreditar las protestas del lunes cuando, además de los sectores que apoyan y se identifican con el campo, se hicieron oír personas que le dicen "basta" al conflicto y en ningún momento plantean que Cristina Fernández debe abandonar la Casa Rosada. No obstante, la decisión de enviar un proyecto al Congreso responde más a esa franja social que pidió el "diálogo" a gritos, antes que al reclamo de los productores y de las entidades del campo. El propio Kirchner, a partir de la tensión en la opinión pública, debió hacer algo impensado durante los más de cuatro años de su Gobierno: admitir preguntas en una conferencia de prensa.
Quizás los Kirchner, por primera vez, hayan aplicado la enseñanza de Perón, quien aconsejaba "dar un paso atrás, para después dar dos adelante". Siempre que el proyecto sea aprobado por diputados y senadores. El gobierno logró descomprimir la presión sobre sus espaldas y la trasladó a los legisladores. Recibió el mensaje de la sociedad y buscó legitimar su decisión con los representantes del pueblo, pero ahora corre el riesgo de que ese pueblo doblegue la voluntad política de esos legisladores.
Diputados y senadores nacionales, elegidos por sus respectivos comprovincianos, ¿responderán a los intereses de sus distritos o a los del gobierno nacional? ¿El kirchnerismo modificará el proyecto para beneficiar a sus provincias a cambio de aprobarlo? Quien inesperadamente capitalizó las novedades en esta puja fue el vicepresidente Julio Cobos, que mantuvo hasta hace poco tiempo un perfil bajo e irrumpió en la escena política el fin de semana, al proponer, una solución en el Congreso de la Nación, lugar por excelencia de la expresión de la pluralidad.