18 Junio 2008
GONDOLAS VACIAS. Esta postal se reitera en varios establecimientos. LA GACETA / ENRIQUE GALINDEZ
"Sólo se venderán hasta dos unidades de leches refrigeradas por persona", indicaba un cartel. Otro letrero, que estaba más adelante en la misma góndola, rezaba: "el yogur es sólo para consumo familiar".
Este tipo de restricciones rige en la mayoría de los supermercados de Tucumán. Desde hace un par de días, cada cliente sólo puede comprar hasta dos kilos de harina, cuatro paquetes de arroz, dos botellas de aceite, cuatro cajas de leche larga vida, dos sachet de leche fluída, hasta cinco kilos de carne y cuatro paquetes de galletas.
"Está mal que limiten el consumo porque sólo consiguen que la gente se pelee por los productos. Además, los clientes gastamos combustible para venir a comprar y al llegar nos damos con que no podemos hacerlo. Esto es terrible", se quejó Daniel Arjona, mientras recorría el supermercado Vea de la Terminal de Omnibus.
Ana María Celiz también se molestó con los carteles que encontró en las góndolas del mismo supermercado. "Realizo las compras para todo el mes y así me ahorro varios viajes al super. Sin embargo, ahora no me dejan otra opción más que venir todas las semanas porque en mi casa vivimos cinco personas y no podemos vivir una semana con dos sachet de leche", contó a LA GACETA. "Desde hace varios días, en los super no se consigue aceite de girasol, por lo que debo reemplazarlo por mezcla. Tampoco encuentro pan Fargo, que es el único que comen mis hijos", dijo Silvia Pereyra.
Segundas marcas
En algunos comercios, en vez de limitar la venta de productos, reemplazaron las marcas líderes por otras secundarias, para evitar el desabastecimiento.
"Falta un 40% de los productos lácteos y ese faltante se traduce en una menor variedad de productos. Mastellone y Sancor, por ejemplo, no entregan leche fluída en sachet desde hace un par de días. Por eso estamos gestionando acuerdos con dos proveedores locales para no quedarnos sin leche", explicó Javier Ceballos, gerente del supermercado Carrefour ubicado en la esquina de Catamarca y España.
"Desde hace varios días no consigo leche fluida La Serenísima. Las únicas que hay son La Tranqueña y Cosalta, que son de productores de la región y no tienen el mismo sabor que las que son de primeras marcas. Lamentablemente, no me queda otra más que comprarlas", contó resignada Clementina Jiménez mientras recorría las góndolas del supermercado Vea de la Terminal.
Este tipo de restricciones rige en la mayoría de los supermercados de Tucumán. Desde hace un par de días, cada cliente sólo puede comprar hasta dos kilos de harina, cuatro paquetes de arroz, dos botellas de aceite, cuatro cajas de leche larga vida, dos sachet de leche fluída, hasta cinco kilos de carne y cuatro paquetes de galletas.
"Está mal que limiten el consumo porque sólo consiguen que la gente se pelee por los productos. Además, los clientes gastamos combustible para venir a comprar y al llegar nos damos con que no podemos hacerlo. Esto es terrible", se quejó Daniel Arjona, mientras recorría el supermercado Vea de la Terminal de Omnibus.
Ana María Celiz también se molestó con los carteles que encontró en las góndolas del mismo supermercado. "Realizo las compras para todo el mes y así me ahorro varios viajes al super. Sin embargo, ahora no me dejan otra opción más que venir todas las semanas porque en mi casa vivimos cinco personas y no podemos vivir una semana con dos sachet de leche", contó a LA GACETA. "Desde hace varios días, en los super no se consigue aceite de girasol, por lo que debo reemplazarlo por mezcla. Tampoco encuentro pan Fargo, que es el único que comen mis hijos", dijo Silvia Pereyra.
Segundas marcas
En algunos comercios, en vez de limitar la venta de productos, reemplazaron las marcas líderes por otras secundarias, para evitar el desabastecimiento.
"Falta un 40% de los productos lácteos y ese faltante se traduce en una menor variedad de productos. Mastellone y Sancor, por ejemplo, no entregan leche fluída en sachet desde hace un par de días. Por eso estamos gestionando acuerdos con dos proveedores locales para no quedarnos sin leche", explicó Javier Ceballos, gerente del supermercado Carrefour ubicado en la esquina de Catamarca y España.
"Desde hace varios días no consigo leche fluida La Serenísima. Las únicas que hay son La Tranqueña y Cosalta, que son de productores de la región y no tienen el mismo sabor que las que son de primeras marcas. Lamentablemente, no me queda otra más que comprarlas", contó resignada Clementina Jiménez mientras recorría las góndolas del supermercado Vea de la Terminal.
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