BUENOS AIRES.- Finalmente, la incógnita se reveló. Era casi una pregunta de Estado: ¿qué iba a ponerse Cristina Kirchner cuando recibiera el bastón? Hoy, los críticos de moda de todo el país coinciden en que el look presidencial obtuvo un felicitado.
La dama K debutó ayer con un vestido sin mangas recto hasta debajo de la rodilla, y un tapado de guipure unos centímetros más corto. Se supo que la prenda fue confeccionada por Susana Ortiz (una de sus diseñadoras favoritas), aunque nadie del entorno confirmó el trascendido.
Llevaba zapatos stiletos, muy femeninos. Podían ser de Ricky Sarkany o de Claude Benard, aunque el dato tampoco fue confirmado. El pelo lo lució suelto, aunque con algunas ondas realizadas por el estilista Alberto Sanders, que se encarga de su cabeza. La banda presidencial no quedó fuera de la pasión que la presidenta siente por la moda: pidió que la hicieran de terciopelo y que tuviera un bordado especial.
El bastón, realizado por el orfebre Juan Carlos Pallarols, pesa 700 gramos, de los cuales 250 son de plata. La empuñadura y el regatón son de plata y llevan 24 cardos tallados (uno por cada provincia), 3 pimpollos (por las islas del Atlántico Sur) y el escudo de oro. La plata representa a la mujer, ya que se asocia con la luna y la noche, mientras que el oro representa al hombre, que se relaciona con el día.
La asunción de Cristina tendrá su estampilla conmemorativa, una tradición que mantiene el Correo Argentino con cada traspaso de mando desde Juan Perón.
El sello postal toma los símbolos de la imagen de la libertad y del bastón de mando presidencial, símbolo de unidad, ya que cerca de 22.000 argentinos le dieron al menos un golpe de cincel, totalizando casi cinco millones de golpes sobre la empuñadura y el regatón.
Glamorosa, la primera mujer elegida por los argentinos para gobernar mostró buen manejo del protocolo. Sabe que desde hoy se acabaron los pantalones. Deberá usar faldas y/o vestidos en todos los actos oficiales y en donde la prensa esté presente. Tampoco podrá lucir trajes de baños, prendas sugerentes o escotes sensuales. LA GACETA.com ©