30 Noviembre 2007
PREMIADA. Lita Molina fue muy aplaudida.LA GACETA / HECTOR PERALTA
"Esto me supera". Esta pequeña pero efectiva frase le sirvió a Lita Molina para expresar su estado de ánimo luego de recibir, anteanoche, el Premio Especial a la Dedicación en la gala de los Premios Artea 2007.
De bajo perfil, amena y siempre sonriente, Molina fue una de las artistas más aplaudidas de la noche. Es que su trabajo como asistente de dirección es legendario y reconocido por todos sus pares. "Tuve la escuela de Carlos Olivera, Juan Carlos Di Lullo y Mara Norry. Aprendí mucho de ellos", señaló. Así, sin reconocer sus propios méritos, Molina aseguró que ser reconocida por sus pares es como "una caricia" que siempre viene bien. "Le he dedicado muchos años al teatro. Y mi trabajo siempre fue para los demás. De manera que subir al escenario y ver a los actores aplaudiéndome es un sentimiento muy extraño", dijo. Y agregó: "aún no puedo creer que me hayan elegido a mí para este reconocimiento".
Durante la presentación del premio se proyectaron en la pantalla gigante testimonios de algunos artistas que trabajaron con Molina. "Me sorprendió lo que dijo Héctor Marcaida, pero tiene toda la razón. Yo siempre trabajé para lograr que los demás pudieran tener una función impecable. Por eso me cuesta tanto ponerme en un lugar central, ser la protagonista", aclaró.
Lita Molina comenzó a trabajar en el teatro tucumano como actriz, sobre todo en obras para chicos. Pero poco a poco fue dedicándose a la asistencia de dirección. "En esto jugó un papel importante Carlos. Con él aprendí a ser una mujer de teatro. Carlos tenía una gran visión y me fue conduciendo sabiamente por el camino de la asistencia de dirección. Tal vez él sabía que me iba a abandonar en el camino y que yo podría ganar dinero con esta actividad. De hecho, hoy vivo de este trabajo. El me condujo por un camino seguro", manifestó.
Otro de los homenajeados de la noche fue el actor y director Ricardo Salim, hacedor de inolvidables producciones. El artista recibió el Premio a la Trayectoria Teatral y fue también muy aplaudido por sus pares.
De bajo perfil, amena y siempre sonriente, Molina fue una de las artistas más aplaudidas de la noche. Es que su trabajo como asistente de dirección es legendario y reconocido por todos sus pares. "Tuve la escuela de Carlos Olivera, Juan Carlos Di Lullo y Mara Norry. Aprendí mucho de ellos", señaló. Así, sin reconocer sus propios méritos, Molina aseguró que ser reconocida por sus pares es como "una caricia" que siempre viene bien. "Le he dedicado muchos años al teatro. Y mi trabajo siempre fue para los demás. De manera que subir al escenario y ver a los actores aplaudiéndome es un sentimiento muy extraño", dijo. Y agregó: "aún no puedo creer que me hayan elegido a mí para este reconocimiento".
Durante la presentación del premio se proyectaron en la pantalla gigante testimonios de algunos artistas que trabajaron con Molina. "Me sorprendió lo que dijo Héctor Marcaida, pero tiene toda la razón. Yo siempre trabajé para lograr que los demás pudieran tener una función impecable. Por eso me cuesta tanto ponerme en un lugar central, ser la protagonista", aclaró.
Lita Molina comenzó a trabajar en el teatro tucumano como actriz, sobre todo en obras para chicos. Pero poco a poco fue dedicándose a la asistencia de dirección. "En esto jugó un papel importante Carlos. Con él aprendí a ser una mujer de teatro. Carlos tenía una gran visión y me fue conduciendo sabiamente por el camino de la asistencia de dirección. Tal vez él sabía que me iba a abandonar en el camino y que yo podría ganar dinero con esta actividad. De hecho, hoy vivo de este trabajo. El me condujo por un camino seguro", manifestó.
Otro de los homenajeados de la noche fue el actor y director Ricardo Salim, hacedor de inolvidables producciones. El artista recibió el Premio a la Trayectoria Teatral y fue también muy aplaudido por sus pares.
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