07 Noviembre 2007
SANTIAGO DEL ESTERO.- Los guardiacárceles del penal de Santiago del Estero, donde el domingo se produjo un motín, se rebelaron ante la llegada de las nuevas autoridades penitenciarias federales designadas por el gobernador Gerardo Zamora.
La medida de protesta duró una hora y derivó en la entrada de grupos especiales de la policía santiagueña y de bomberos a la cárcel para garantizar la seguridad del establecimiento.
A la medida de los agentes del Servicio Penitenciario provincial también se sumaron los médicos, enfermeros y psicólogos de la unidad carcelaria.
El malestar no sólo era por la decisión del gobernador de colocar nuevas autoridades sino también con un informe que dio a conocer y en el que indica que el motín fue consecuencia de un intento de fuga frustrado, lo que los manifestantes niegan.
La licenciada en psicología Silvia Rodríguez, del área médica del penal, dijo a la prensa que "al ingresar a trabajar, presos armados amenazaron de muerte a guardiacárceles y profesionales".
"La población carcelaria reaccionó porque niegan la versión oficial acerca de que la tragedia con 32 muertos se desató durante un intento de fuga y temen que a ellos le pase lo mismo que a los presos fallecidos", añadió la profesional.
Los guardiacárceles se negaron durante más de una hora a acatar las órdenes de las nuevas autoridades enviadas por el Servicio Penitenciario Federal (SPF).
Ante la medida de fuerza, un centenar de efectivos de la Guardia de Infantería, del Grupo Especial GETOAR y los bomberos, permanecieron más de dos horas en el interior de la cárcel, ubicada en avenida Alsina 850, para garantizar la seguridad.
Ayer el gobernador Zamora echó al director del penal, alcaide mayor Rodolfo Camaño, y creó una comisión a cargo del SPF que se hará cargo de la cárcel hasta que se determinen las causas que provocaron la tragedia. (Télam)
La medida de protesta duró una hora y derivó en la entrada de grupos especiales de la policía santiagueña y de bomberos a la cárcel para garantizar la seguridad del establecimiento.
A la medida de los agentes del Servicio Penitenciario provincial también se sumaron los médicos, enfermeros y psicólogos de la unidad carcelaria.
El malestar no sólo era por la decisión del gobernador de colocar nuevas autoridades sino también con un informe que dio a conocer y en el que indica que el motín fue consecuencia de un intento de fuga frustrado, lo que los manifestantes niegan.
La licenciada en psicología Silvia Rodríguez, del área médica del penal, dijo a la prensa que "al ingresar a trabajar, presos armados amenazaron de muerte a guardiacárceles y profesionales".
"La población carcelaria reaccionó porque niegan la versión oficial acerca de que la tragedia con 32 muertos se desató durante un intento de fuga y temen que a ellos le pase lo mismo que a los presos fallecidos", añadió la profesional.
Los guardiacárceles se negaron durante más de una hora a acatar las órdenes de las nuevas autoridades enviadas por el Servicio Penitenciario Federal (SPF).
Ante la medida de fuerza, un centenar de efectivos de la Guardia de Infantería, del Grupo Especial GETOAR y los bomberos, permanecieron más de dos horas en el interior de la cárcel, ubicada en avenida Alsina 850, para garantizar la seguridad.
Ayer el gobernador Zamora echó al director del penal, alcaide mayor Rodolfo Camaño, y creó una comisión a cargo del SPF que se hará cargo de la cárcel hasta que se determinen las causas que provocaron la tragedia. (Télam)
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