10 Octubre 2007
RESPUESTA. Bergoglio y la cúpula eclesiástica firmaron el documento. DYN
La Iglesia Argentina expresó su dolor por la “participación de un sacerdote en delitos gravísimos”, al tiempo que se mostró conmovida, tras la sentencia del Tribunal Oral Federal Nº 1 de La Plata que condenó al ex capellán Christian von Wernich a reclusión perpetua, que se convirtió en el primer representante de la Iglesia Católica latinoamericana en ser condenado por su participación en crímenes cometidos durante la última dictadura.
La Comisión Ejecutiva de la Iglesia emitió un comunicado -difundido por la agencia AICA- en el que expresa: “La Iglesia está conmovida por el dolor que nos causa la participación de un sacerdote en delitos gravísimos, según sentencia judicial”. El documento refrendado por el arzobispo de Buenos Aires y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Jorge Bergoglio, el vicepresidente 1º y arzobispo de Tucumán, Luis Villalba, el vicepresidente 2º y obispo de Lomas de Zamora, Agustín Radrizzani y el secretario General y obispo de San Miguel, Sergio Fenoy, agrega: “pedimos a Jesús Misericordioso y a la Virgen de Luján que nos acompañen en este doloroso camino hacia la reconociliación de todos los argentinos”.
“Creemos que los pasos que la Justicia da en el esclarecimiento de estos hechos deben servir para renovar los esfuerzos de todos los ciudadanos en el camino de la reconciliación y son un llamado a alejarnos, tanto de la impunidad como del odio o el rencor”, señala más adelante.
“Reiteramos, una vez más, lo que expresamos los obispos argentinos: si algún miembro de la Iglesia, cualquiera fuera su condición, hubiera avalado con su recomendación o complicidad alguno de esos hechos (la represión violenta), habría actuado bajo su responsabilidad personal, errando o pecando gravemente contra Dios, la humanidad y su conciencia -agrega-. Y también recordamos el pedido de perdón realizado por la Iglesia en el acto de apertura del Encuentro Eucarístico Nacional (Córdoba, 8 de septiembre de 2000)”.
Simultáneamente, la Comisión Nacional de Justicia y Paz manifestó su dolor y su pesar por todas aquellas acciones directas, en colaboración o complicidad, que algunos integrantes de la Iglesia Católica pudieron llevar a cabo y que posibilitaron el secuestro, la tortura y la desaparición de personas durante la última dictadura militar en el país. “Queremos expresar nuestra solidaridad con todas las víctimas de ese período de nuestra historia, y esperamos que el accionar de la Justicia pueda actuar como reparación y consuelo para los sobrevivientes, sus familiares y la de los desaparecidos”, sostiene un comunicado de la Comisión.
La Comisión Ejecutiva de la Iglesia emitió un comunicado -difundido por la agencia AICA- en el que expresa: “La Iglesia está conmovida por el dolor que nos causa la participación de un sacerdote en delitos gravísimos, según sentencia judicial”. El documento refrendado por el arzobispo de Buenos Aires y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Jorge Bergoglio, el vicepresidente 1º y arzobispo de Tucumán, Luis Villalba, el vicepresidente 2º y obispo de Lomas de Zamora, Agustín Radrizzani y el secretario General y obispo de San Miguel, Sergio Fenoy, agrega: “pedimos a Jesús Misericordioso y a la Virgen de Luján que nos acompañen en este doloroso camino hacia la reconociliación de todos los argentinos”.
“Creemos que los pasos que la Justicia da en el esclarecimiento de estos hechos deben servir para renovar los esfuerzos de todos los ciudadanos en el camino de la reconciliación y son un llamado a alejarnos, tanto de la impunidad como del odio o el rencor”, señala más adelante.
“Reiteramos, una vez más, lo que expresamos los obispos argentinos: si algún miembro de la Iglesia, cualquiera fuera su condición, hubiera avalado con su recomendación o complicidad alguno de esos hechos (la represión violenta), habría actuado bajo su responsabilidad personal, errando o pecando gravemente contra Dios, la humanidad y su conciencia -agrega-. Y también recordamos el pedido de perdón realizado por la Iglesia en el acto de apertura del Encuentro Eucarístico Nacional (Córdoba, 8 de septiembre de 2000)”.
Simultáneamente, la Comisión Nacional de Justicia y Paz manifestó su dolor y su pesar por todas aquellas acciones directas, en colaboración o complicidad, que algunos integrantes de la Iglesia Católica pudieron llevar a cabo y que posibilitaron el secuestro, la tortura y la desaparición de personas durante la última dictadura militar en el país. “Queremos expresar nuestra solidaridad con todas las víctimas de ese período de nuestra historia, y esperamos que el accionar de la Justicia pueda actuar como reparación y consuelo para los sobrevivientes, sus familiares y la de los desaparecidos”, sostiene un comunicado de la Comisión.
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