Los integrantes del clan "Los Gardelitos" comenzaron a recibir a parientes de otras provincias. Según dijeron, la familia quiere estar unida para apoyar a uno de sus miembros, Lucas Jesús González, que, al estar involucrado en el homicidio de María Fernanda Chaila, rompió con códigos y tradiciones de varias décadas.
Los miembros del clan que residen en Buenos Aires fueron los que se encargaron de contratar dos prestigiosos abogados para que lo asistieran mientras se encontraba detenido en la localidad de Moreno, y fueron los que transmitieron la noticia de que Lucas había sido detenido.
Entre todos
Según confiaron varias fuentes, entre los parientes que comenzaron a arribar a Tucumán se encuentra la madre de González. Entre todos tratarán de resolver algunos problemas, como quién será el abogado que se hará cargo de su defensa.
El jefe histórico del clan fue Manuel Alberto "Gardel" Soria, que, desde los años 50 del siglo pasado, hizo del punguismo y del descuidismo una "profesión" que fue trasmitiéndose de padres a hijos. Murió asesinado en octubre de 1993 en Buenos Aires, en un raro episodio ocurrido a las puertas de un cabaret.
Aunque su especialidad era el hurto, "Los Gardelitos" estuvieron involucrados en distintos asaltos ocurridos en esta y en otras provincias.
En cambio, parece haber un único antecedente de su supuesta vinculación con el narcotráfico: en 1990 "Gardel" fue detenido en Buenos Aires al descubrir que llevaba consigo 750 gramos de cocaína."Nosotros no somos asesinos. El caso en el que está envuelto Lucas es un drama pasional y nada más. Nuestros descendientes son personas de bien que estudian", le dijo a LA GACETA Zulema Soria a los pocos días de haberse producido el crimen.
"Los Gardelitos" decidieron viajar hacia otras provincias y al exterior en busca de una mejor vida. La crisis económica de fines de los 80 y los hechos violentos en los que se vieron involucrados los empujaron a tomar esta determinación. El 31 de diciembre de 1986, los hermanos Rubén "La Chancha" y Angel "El Mono" Ale, en un confuso episodio, acabaron con la vida de Enrique Galván y de Santos Pastor Aguirre. María Mercedes Soria, miembro del clan, le dijo a LA GACETA el 2 de enero de 1987: "mi familia no es del hampa; sólo roban carteras, no matan".
Siete años después, Daniel Carrizo, padre de González, murió en un calabozo de la Dirección General de Investigaciones; su cuerpo fue arrojado en la morgue del Cementerio del Norte.