El reino de las casualidades

27 Enero 2007
Muchos sabían que estaba por cometerse el atraco, pero los principales interesados en evitarlo no estaban al tanto. Dos personajes que se pasean con impunidad. Por Juan Manuel Montero - Redaccion LA GACETA

Martes 17 de enero de 2006. Títulos de LA GACETA: “Un diluvio paralizó la provincia. Hay más de 30.000 damnificados”. “Tres ladrones se llevaron $ 75.000 del Banco Nación de Monteros”. ¿Le recuerda algo?
Transcurrió sólo un año desde que la lluvia y la facilidad que tuvieron tres delincuentes para copar un banco fueron noticia. El hombre es el único ser que comete dos veces el mismo error. Tucumán arrancó 2007 bajo agua y con la aparición de asaltantes que pensaron que ya era hora de vulnerar otra vez una entidad crediticia.
En todo esto no hay casualidad. Ambas situaciones podían haber sido previstas y, en consecuencia, evitadas. Pero nos equivocamos otra vez. ¿Quiere más ejemplos? Recuerde enero de 2000. Más de media provincia anegada, puentes cortados, ríos desbordados y miles de evacuados. Un grupo de delincuentes entró en la sucursal Ciudadela del ex Banco Tucumán y se alzó con $80.000. A la excusa de la casualidad recurren los ineptos, los que no están preparados.
El caso del asalto al banco es paradigmático. Uno de los acusados, perfectamente identificado a través de las cámaras de seguridad que el banco Macro colocó en sus sucursales, fue partícipe del atraco del año pasado en el Nación de Monteros. Y es el mismo que aterrorizó a un camarista penal y a su familia, cuando los interceptó en la puerta de una casa, en Yerba Buena. “Marito” es un delincuente. La tensión que se observa en su rostro en el momento del ataque del martes deja en claro que, por lo menos en ese momento, estaba dispuesto a todo. Con una pistola calibre 9mm en las manos, y con casi 20 personas a su merced, da la impresión de creerse omnipotente. Dentro del hampa, quien concreta un asalto a un banco se destaca. Pasa a ser el jefe. “Marito” quiere seguir los pasos de su amigo y ex líder, Lucas González, otro personaje nombrado en la causa por el asalto al Nación, pero que adquirió la peor de las famas cuando, cobardemente, mató a su ex novia de un tiro en la cabeza.
A los asaltantes les tomó dos semanas planificar el asalto el banco. A pesar de esto, no fueron demasiado inteligentes. Por lo menos cinco personas integraban el grupo, pero se llevaron menos de $ 7.000. La ganancia per cápita por un hecho de tanta relevancia y con tanto peligro potencial es mínima. Y para peor, quedaron “escrachados”. Aunque en Tribunales (sí, en el mismo Palacio de Justicia de la provincia) había personas que, en charlas de pasillo, estaban al tanto de lo que sucedería y ya tenían hasta una estrategia procesal para el supuesto de que sean arrestados. Hoy, la representación de los dos ex sospechosos que están detenidos está en manos del ex fiscal Héctor Abraham Musi. A la Policía, en cambio, el atraco la tomó por sorpresa. No son pocos los que se preguntan para qué existe un Departamento Informaciones (D2), cuyos miembros están en todas las movilizaciones sociales (aunque esté prohibido por ley), pero que, a la hora de hacer inteligencia criminal, fracasan. La respuesta fue casi inmediata. Tardaron menos de 10 minutos en llegar (interceptarlos hubiera derivado, sin dudas, en un tiroteo que podría haber sido mortal). Pero ya, con el tiempo transcurrido, los autores materiales podrían estar en otra provincia.
Desde hace un año se sabe que “Marito” es autor del atraco al Nación. Desde hace ocho meses que se sabe que González mató a María Fernanda Chaila. Ambos circulan impunemente por la provincia. No son desconocidos, como el asesino de Paulina Lebbos. Sería bueno que fueran atrapados y que fuera la Justicia la que decida qué lugar deben ocupar en la sociedad. Aunque sea por casualidad.





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