Averiguarán si una de las detenidas dijo la verdad sobre la hora a la que entró a trabajar

En el municipio de Las Talitas, donde se desempeña la acusada, nadie quiso aportar datos. La fiscal llamará a declarar a gran parte del personal de esa sede municipal y a varios funcionarios.

AL MANDO DE LA PESQUISA. La fiscal Adriana Gianonni y el secretario Ernesto Baaclini estuvieron al frente de los procedimientos en El Cadillal. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO AL MANDO DE LA PESQUISA. La fiscal Adriana Gianonni y el secretario Ernesto Baaclini estuvieron al frente de los procedimientos en El Cadillal. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO
08 Agosto 2006
En la Municipalidad de Las Talitas reina el silencio. A pesar de que la mayoría de los empleados dijo que la conoce, ninguno quiso dar datos precisos sobre ella. Los compañeros de Nélida del Valle Fernández, una de las dos mujeres detenidas por la desaparición de Angela Beatriz Argañaraz, aseguraron que tienen órdenes de no dar ningún dato sobre ella.
La fiscal Adriana Gianonni, que investiga el caso, tiene una duda al respecto. Fernández aseguró que el 31 de julio, el día en el que desapareció la docente, ella entró a trabajar unos minutos después de las 7. Sin embargo, extraoficialmente, a los investigadores les llegó el dato de que lo habría hecho después de las 9. Si se llegara a confirmar esto, los pesquisas tendrán la primera contradicción en el caso.
Por esa razón, la fiscal comenzará a llamar a declarar a gran parte del personal de esa sede municipal y a varios funcionarios.
Fernández es empleada de la Secretaría de Obras y Servicios Públicos de ese municipio. La única de sus compañeras que accedió a conversar con LA GACETA, aunque de manera escueta, fue Estela Coronel, jefa de la mujer aprehendida. “Lo único que puedo decir es que es una excelente persona y que es mi amiga. No estamos autorizados a hacer declaraciones”, dijo. Cuando se le preguntó a qué hora había ido Fernández a trabajar el día de la desaparición, Coronel respondió: “yo estaba de licencia y me reintegré hoy (por ayer). Pero ella vino a trabajar ese día; vino todos los días”.
Fernández y Susana Acosta, amigas de Argañaraz, quedaron aprehendidas luego de que se les realizó estudios médicos que determinaron que tenían golpes en el cuerpo y marcas en las manos, como si hubieran estado trabajando con una pala. Además, la Policía realizó allanamientos en el departamento en el que viven en la capital y en la casa que ambas tienen en la zona del dique El Cadillal.